Tramperos y tramposos

Primero fueron los tramperos. “ Hay que llegar a un acuerdo para contentar al capital, los grandes inversores, los socios europeos”. Y apostaban por la gran coalición con C’s de compañero de viaje y el PSOE de comparsa. Pasaron a otra etapa: dejar mandar al que obtuvo más votos. Dar un paso atrás. Por la patria. Por la fe.
Contaban, los tramperos, con poderosos aliados (se recomienda leer “González, de bróker inmobiliario a motor del golpe del PSOE, publicado en “El Mundo”) y se les unió el conocido grupo de los tontos útiles, los listillos de siempre, los estómagos agradecidos, los que tenían el poder agarrado por… los presupuestos y su continuidad lavaba otra vez la Gürtel, la Púnica, las ciento una causas por corrupción. Sembraron trampas por tierra, mar y aire y solo hacía falta que pasara el tiempo y un tramposo de carrera que ya hubiera hecho lo mismo más veces.
Pues ya está. El señor Rajoy aceptó el papel. Y empezó el relato diciendo eso de que “no hay vetos”, continuó con lo de “soy consciente de que se debe pactar el día a día”, para añadir que hay cosas que se deben modificar y acabar –en vísperas– abriéndose de piernas (es una figura literaria, claro) para ofrecer el oro y el moro a su socio Rivera y lo que haga falta a su futuro asociado, el PSOE de González y su partida.
Aquel maldito día, el jueves en su primer discurso de investidura, el Rajoy más conocido, más previsible, desgranó una serie de promesas –ojo, ningún dato ni referencia objetiva– para pedir el voto. Sus patrocinadores, a quienes tanto debe, saludaron el mensaje, a través de la prensa cómplice y amiga, con un redoble a toda página “se abre una etapa para las reformas que necesita España”.
Y llegó el día. Sábado 29. En el calendario de mi casa, festividad de Judas Tadeo (ojo: ya sé que San Judas fue el viernes28, pero hablando de tramperos y tramposos, vale la cita) y en la tribuna el señor Rajoy en su gran jugada: no sueñen, no pidan, que derribe o traicione mi proyecto. Al carajo las promesas de diálogo y trabajo conjunto… Leches. “No seré gobernado por mis compromisos sino por mis principios”. Y ¿qué esperabais? Si mintió con lo del IVA; si fue capaz de olvidar las promesas de su propio programa, que otra cosa que trampas y mentiras para arrancar la legislatura. 

Tramperos y tramposos

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