Queda claro

No hacía falta pues, salvo el aguerrido Roberto, (un émulo de aquel Roberto Alcazar y Pedrín, azote de los enemigos de la España franquista), todos sabíamos que bajo la etapa Rajoy-Feijóo Galicia había abandonado el estatus que tiene constitucionalmente, con Euskadi y Cataluña, y fue maltratada por el centralismo madrileño ante la resignación de un pueblo “bueno y generoso” al que vendieron sus mandatarios desde el presidente que había negado la España de las autonomías para ser “galego coma nos” hasta el actual que se rindió ante Madrid, donde reinaban los de Aznar y Mariano. 
Ahora exige un buen trato para Galicia después de reconocer “que Galicia non se conformará nunca con menos do que lle corresponde”. O sea, ahora, en pie de guerra. Pero ¿le entendió Mariano? Y es que el presidente, de Santiago y de Pontevedra al tiempo; del Madrid, el Barça, el Celta, el Deportivo y lo que sea (eso dijo un día a un diario coruñés), el señor presidente las dos únicas palabras en gallego durante su larga perorata fueron las publicadas en un chiste de “El País”: suertiña y breviña.
En otro apartado de su discurso, dirigido a los habitantes de otro país, el señor Feijóo se quejó de que “hay muchos gallegos que sufren” refiriéndose, seguramente, a los jubilados con las pensiones más bajas de España, los trabajadores que no llegan a fin de mes pese a dejarse el lomo a beneficio del patrón o los millares que emigraron en busca de un futuro que aquí le niegan .Y todo esto bajo la lluvia. Cantando un bolero y contando eso de “por el mar corre la liebre y por el monte la sardina” y eso, dijo nuestro 009, que “Galicia non está para festas”.
Mientras para Rajoy estamos de fiesta, pues hace años no había tren, ni luz eléctrica en todos los pueblos y nuestra dieta venía marcada por el racionamiento, ahora hay de todo y somos un ejemplo mundial, parece un chiste para un país que vendieron como el mejor chollo, pues lo habían sembrado de polígonos y prometido bajos sueldos para animar al capital. 
Lo hizo Fraga (está en las hemerotecas) y lo siguen sus delfines. Desde Madrid con el rescate bancario que costó millones, regalándole el oro y el moro a los emprendedores-depredadores (las empresas hoy pagan la mitad que en 2007) y aquí con una población empobrecida y angustiada… ¿Masoquista? A lo peor. 

Queda claro

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