¡Qué cara!, ¡qué cruz!

Después de las declaraciones de Bárcenas, Naseiro, Sanchís y los exsecretarios del PP durante las explicaciones de tantas mentiras, a los ciudadanos se nos queda cara de tontos por aguantar tanta insolencia, escuchar tantas mentiras o los silencios llenos de ruido, de los que montaron, la gran estafa.
Hay empresarios que confesaron haber entregado dinero; políticos que reconocieron haberlo aceptado (Pío para obras,  Del Burgo para sobresueldo de un compañero de partido), por no repetir que los peritos dan autenticidad a los papeles de Bárcenas. ¡Qué cruz señor! Y ¡qué cara tiene esta pandilla! Y otro dato lo reafirma: el PP negó al Tribunal de Cuentas en 2013 los datos de sobresueldos que ahora oculta al Congreso.
Pues lo mismo nos pasa con las afirmaciones del Gobierno con sus mentiras sobre las cuentas del partido, las partidas del Gobierno y las reprobaciones de sus fieles. La verdad sobre las cuentas, a los cuentos de Rajoy, les pone cara, fecha y firma, la UE. Así nos cuenta que España dedica 4,8 euros de cada de inversión pública, y es el segundo país más ha recortado en gasto público desde 2007 y que seguirá descendiendo hasta 2020. Un estudio de las ONGs sitúa a España a la cola en la lucha contra la pobreza.
Mientras el Gobierno asegura que aumenta la riqueza en las cuentas familiares, los datos oficiales afirman que la tasa de ahorro de las familias cae a la mitad del nivel que alcanzó en 2009. Los últimos datos de la UE sobre España son demoledores y vienen a ser la cruz a tanta “cara” con la que adornan desde el Gobierno las cifras que nos “venden”: el informe apunta que España figura entre los países con índices sociales más preocupantes.
En muchos casos está muy lejos de recuperar los niveles precrisis. El desempleo presenta, con Grecia, los peores números de toda la comunidad; el porcentaje de población en riesgo de pobreza sigue al alza –cinco puntos por encima de la zona euro– y la desigualdad persiste en niveles muy elevados.
En trabajo precario, salarios ridículos y temporalidad en el empleo también vamos “arrecú” y el futuro de las pensiones (asegura la Autoridad Independiente  de Responsabilidad Fiscal que las pensiones no podrán revalorizarse hasta después del 2020), lo que significa una reducción del casi tres por ciento, mientras la inflación puede superar el 2%.
Ante tanta cara dura ¡que cruz y cuánta miseria!

¡Qué cara!, ¡qué cruz!

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