SE PUEDE ENTENDER

Estaba un servidor preparando un artículo sobre lo posible, necesario e imposible del programa de Podemos cuando mi amigo Javi, laureado economista, magnífico polemista, me envia –por internet– un artículo donde se reflexiona sobre el particular.
Les cuento: en la transición, y tras un período de la UCD –compuesta por los reformistas del régimen– un grupo de jóvenes agrupados en torno a “Isidoro” se aprovecharon de la descomposición del partido de Suárez y el parón en la ingente tarea hecha hasta el momento, para apartarlo del poder.
La corrupción felipista y el giro decidido del PSOE  hacia políticas contrarias a su programa inicial, trajo la lluvia fina que acabó “ahogando” a los socialistas. Irak, el Prestige, la venta de las joyas de la corona (tabacos, telefónica, etc.) echó al pequeño hombre insufrible que dejó sitio a José Luis Rodríguez Zapatero a quien sus errores, envueltos en una serie de errores que “el talante” no tapa… propició la llegada de Rajoy que hoy cumple tres años y tres días (una condena, oigan) y al que los ciudadanos le califican con la nota más baja que jamás obtuvo un gobernante en el mundo mundial…
Y en eso, que llega Podemos, forjada en el espíritu del 25 de mayo y heredera de otros movimientos como el mayo francés, la generación airada que se reveló contra la guerra del Vietnan…
Y su mensaje (me lo recuerda en Javi a través de Internet) fue el de Lenín de 1.917: “paz y pan”. No se trataba del socialismo o el comunismo frente a la derecha, los conservadores, la casta. Era, como ahora repiten desde Podemos, los ciudadanos contra un poder omnímodo; los de abajo frente a la casta  …
Y el mensaje arrasa: se derrumba el PP, cae el PSOE, se frena IU, no gana nadie, pues el deterioro afecta al sistema político en su conjunto… y las ilusiones se colocan en la cesta de Podemos.
Ya nadie piensa en votar al suyo (al más próximo) con la nariz tapada ni elegir entre lo malo que conocemos y padecemos y lo bueno que nos pueden prometer…
Una ojeada al pasado, repasar nuestra historia reciente y hacer las cuentas del presente nos llega, sin duda, a entender el fenómeno Podemos.
Así pues, se puede entender, que hartos, cansados, cabreados, los ciudadanos rechacen lo que hay y hagan su apuesta por lo porvenir.

SE PUEDE ENTENDER

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