Pedro y Pablo

El calendario nos recuerda hoy la festividad de Pedro y Pablo: Petrus apóstol de la iglesia, antes pescador, que, durante la pasión, negó a su maestro hasta tres veces. Pablo, de formación farisea, persiguió a los cristianos puesto que  les consideraba fuera de la ley, hasta caerse del caballo. Los dos, nos dicen, están en el cielo.
Ahora ustedes pueden entender mejor eso del “no es no”, de Sánchez, repetido más de tres veces, que le llevó al sacrificio primero, para escalar luego hasta  la  Secretaria general…. 
Y ¿Pablo? denunció a la casta y la caspa. Después de unos viajes misionales consiguió grandes logros en calles y plazas. El éxito de sus prédicas sufrió un tropezón –después de las elecciones europeas– pero, reconfortado por su fe, sigue con sus planes de cabalgar junto a Pedro, y en lugar de a caballo, en bus. Y ¿hay más. Si el jefe de Ciudadanos comió (en la mano) con Mariano Rajoy. 
Y el calendario actual (finales  de este caluroso junio) nos trae otra clase de mártires: Acebes, Arenas, Mayor Oreja, Álvarez-Cascos, a los que sus pecados les dejaron sin voz, sin ver, sin oír, sin memoria, y se ven obligados a no saber, no conocer; que no les conste qué hicieron, qué hacían, en esos veinte años del Partido Popular, al que en sede judicial le acusan de hacer cosas feas: desde pagar en negro a cobrar en B, destruir ordenadores, pagar en diferido y otras maldades que uno de los “suyos”, dejó reflejadas en sus escritos, al igual que San Pedro le largaba a los corintios unas soflamas conocidas como epístolas (año 55 aproximadamente, después de Cristo), donde advertía sobre los falsos apóstoles y, eso, dirán ustedes es lo que cuenta en “La Tuerka” el señor Pablo Iglesias advirtiéndonos de que el empleo es precario, la corrupción desbordada, la desigualdad desbocada y, según el todavía comisario Villarejo, las cloacas –el infierno– del poder rebosan mierda acumulada por los casos de Bárbara Rey, Corina, Yak-42, y un amplio etcétera que cheira que fede…
Falta en esta historia otro de los mártires del Partido Popular: Luis Bárcenas, que en sus escritos contó que Lapuerta llevaba a Rajoy auxilio y humo (puros y billetes de quinientos), y en sus relatos más sagrados le ponía nombre (y cantidad recibida) a quienes hoy no saben, no recuerdan, no les consta. La verdad es que las cartas a los corintios eran más divertidas que los papeles de Bárcenas.

Pedro y Pablo

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