Ya está pasando

Uno de ms lectores más fieles –así se confiesa él, al menos– me envía una copia del comentario de Iñaki Gabilondo en la cadena SER una mañana de la pasada semana. Explica, siguiendo la tesis del periodista vasco, que vivir pendientes de lo que pasa fuera –o está a punto de suceder– y nos deja ya indiferentes lo que aquí está pasando.
El ejemplo más claro gira en torno al presidente electo Trump, saludado efusivamente por nuestro ministro de Exteriores, para quien pidió tiempo y paciencia, y que lo juzguemos después por sus actos.
En Estados Unidos hay, reconozcámoslo, suficientes contrapesos como para que tengamos menos de lo que “va a pasar o puede pasar” y que nos ocupe más lo que aquí en esta pasando. ¿Se extrañan en el PP de que Trump nombre a un yerno asesor cuando aquí la familia popular es el verdadero poder, con cuotas incluidas, en el Gobierno de la nación arropados por fieles escuderos y del brazo de grandes empresarios?
Aquí estamos viviendo aún la resaca de las declaraciones de la ministra que debe cuidar de la salud de los enfermos y de la dignidad para vivir en salud de los pensionistas y que hereda todos los “tics” del partido que la arropa, lanzando un globo sonda, desmintiéndolo luego y reanimándolo después, para cabreo de la ciudadanía y desesperación de un sector –los pensionistas– que están defendiendo, con sus magros ingresos a la familia como, en feliz frase de un amigo, si fueran la tarjeta que acercamos al cajero… Por cierto, el PP vació la hucha de la Seguridad Social con nocturnidad y alevosía. Eso es lo que pasó.
¿Qué va a pasar con las pensiones? Ya está pasando: 0,25% de aumento mientras –ya hay cifras oficiales– muchos medicamentos subieron el doble y, además, no están en la lista de los recetados por la Seguridad Social, mientras –también son oficiales las cifras–, a las cajas de ahorros las rescataron con más de sesenta mil millones y a la banca, en general, con varios cientos de miles y siguen metiendo la tijera precisamente en sectores tan sensibles como la salud, la dependencia y la atención a los mayores.
Vale: la extrema derecha avanza por Europa; Trump tiene cerca el teléfono rojo y el Brexit quita el sueño a los líderes europeos mientras cierran los ojos a la hambruna y desesperación de los que llaman a nuestras puertas. Eso está pasando también, claro que sí.

Ya está pasando

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