Mister Trump: cuidadín, cuidadín

ya le pasamos demasiado: aquello del Maine, lo de Filipinas, Torrejón de Ardoz y la visión del embajador y del sSecretario de Estado, al golpe de Tejero. Incluso nos pusimos de perfil con el asunto de los negros y el Ku Klux Klan. Nosotros, ¡que mientras nuestros negreros se ponen morados las pasamos negras!
Hemos aguantado eso y mucho más. Vale. De acuerdo. Pero no nos toquen la isla de Guam, no nos toquen la puñeta. Y es que aquí le tenemos un cariño especial. Hay que hacer algo, Mariano.
Me consta que en el último Consejo de Ministros –además de hablar de Cataluña y de Venezuela– nuestro gran líder Mariano se pasó del artículo 155 de nuestra querida Constitución a constituir un grupo de emergencia para salvar Guam de las garras de Trump.
Cuenta con el exministro de la porra, y su ángel de la guarda; con la ministra de Trabajo y la Virgen del Rocío. Puso en guardia a la Legión, cabra incluida (pues hay que avisarla con tiempo, ya que hemos oído que se alquilan para fiestas y saraos) y recupera a Trillo, el campeón de la toma de Perejil –manda huevos, con perdón– ya que no le importa si sopla o no el viento.
También se estudia enviar a la Guardia Civil que patrulla el aeropuerto de Barcelona e, incluso, se propuso un árbitro para dilucidar minuto y resultado de la llamada a filas. El ministro de Fomento, con ayuda del de Cultura y Deportes, optó por elegir al que plantó cara a Cristiano Ronaldo, lo que Mariano rechazó blandiendo su carné del palco del Bernabeu, añadiendo que no quería secesionistas en esta operación tan importante.
El encargado de universidades apuntó la idea de mandar a los repetidores, pues “ninguna de las universidades españolas entra en la lista de las doscientas mejores”, a lo que nuestro presidente respondió que nosotros tenemos a cinco equipos de fútbol, por lo menos, en las mejores competiciones europeas, y EEUU nunca llegó a una final y no “sale” en “Marca”.
Y es que la Isla de Guam, del grupo de las Marianas (Mariano, no cedas, coño) fue nuestra hasta 1898 (ese año echaron también a Tosar, recuerde “Los últimos de Filipinas”) y luego arrasada por los de Trump en 1944. La defienden seis mil soldados, ni la quinta parte de los siareiros que van a Riazor. Lo dicho: pasamos con lo hecho, pero a Guam ni un pelo, mister Trump

Mister Trump: cuidadín, cuidadín

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