Mentiras, medias verdades y estadísticas

Millones de imágenes, trillones de palabras lanzadas a través de las ondas e incontables párrafos que llenaron periódicos, semanarios de todos los colores y cientos de  columnistas han depositado sus pensamientos, palabras y gestos en torno a los dos grandes temas de la semana que se fue: la selección destronada y el nuevo rey en su trono. Tras la algarabía no será malo dedicar unos minutos a la reflexión y es que, entre tanto barullo, se coló mucha ganga confundida con plata.
Por ejemplo, un militar de la promoción del hoy rey se quejaba de las críticas a Felipe VI por usar el uniforme en la ceremonia de proclamación. Y como argumento apuntaba “que el Ejército no había golpistas y retaba a que alguien diera uno, dos nombres que desmintieran su afirmación. ¿Dos…?  ¿Tres? Hasta diez uniformados: Tejero, Milláns y Armada, por no citar a los del treinta y seis, rebelados contra el gobierno legítimo…
En otra tertulia un conocido y criticado profesor universitario entraba a saco entre los que pedían una república en la calle, pues los auténticos representantes del pueblo son sus señorías del Congreso y del Senado. Verdadero… pero con reparos: según las últimas estadísticas, los políticos, en general, los diputados, en particular, y el gobierno, desde el primero al último, figuran entre las mayores preocupaciones del ciudadano de la calle y su valoración está entre el suelo y el subsuelo. Por eso, como los que mandan no les representan, protestan y señalan sus preferencias.
La presentación de la madre de todas las reformas fiscales nos cuenta mentiras, medias verdades y algunas trampas que descubren las estadísticas. También un chiste. “Vamos a publicar el nombre de los que defraudan, los que no pagan impuestos y ¿aparecerán los altos ejecutivos del PP que pagaron en negro las obras de sus sedes, ocultando a Hacienda tanto ingresos como gastos?
Los sucesos de Madrid durante la jornada de proclamación descubren algunas mentiras y ponen en evidencia a los que abusan de la estadística: la policía, con la bendición de la autoridad gubernativa, recordó a los grises de Franco y había menos gente aclamando a la nobleza que hace años, banderas en mano, aplaudiendo “a la Roja”.
Y es que algunas acciones del Gobierno y sus terminales mediáticas se han convertido, por usar las vísceras en lugar de la cabeza, en una fábrica de republicanos. Y si no, que los cuenten en un referéndum.

Mentiras, medias verdades y estadísticas

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