Maduros y podridos

Desde las antenas del poder nos dicen que los malos, ahora, no son los bolcheviques ni los masones sino los bolivarianos y chavistas. Y nos dan una prueba de que nadie los quiere: siete de cada diez venezolanos valoran mal a su preisdente…
Aquí, por favor, es otra cosa: únicamente un 86,2 por ciento de los ciudadanos suspende a Mariano y su política y la ONU le riñe por no cumplir con la Ley de la Memoria Histórica y se les ponen los pelos de punta cuando el Gobierno, el de Mariano, desde luego, rechaza que se juzgue a una docena de franquistas.
Pero, ¡eso sí!, ellos –que no condenaron el golpe de Estado– no son franquistas y quien se lo llame está en pecado mortal…
Pero bajemos al ruedo, al tereno de juego, al campo embarrado: “Rubias en el barrio”, titula un agudo comentarista en “El País”, para mostrarnos la foto de Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes en una pelea por demostrar quién es más demócrata y liberal.
Que dice Espe que, en Venezuela no te dejarán votar más y cerrarán los periódicos que no sean amigos. Aquí, en Madrid, ella ve a sus enemigos mediáticos, se une a sus amigos de la extrema derecha para que penalicen el aborto y quiere manejar la lista de su candidatura… como hizo en la anterior con el resultado conocido de varios de sus validos desfilando camino de los juzgados.
Y está la pregunta del millón: ¿si Ana Mato es responsable de lucro por las dádivas de la Gürtel, cómo el presidente del partido –acusado de lo mismo por el juez– que pagó en negro varias sedes, recibió donaciones opacas y apadrinó a importantes corruptos, sigue tan fresco?
Y no es por incordiar, pero aquí tenemos al señor Crespo (el de Z, no confundir con el de los sobres de Madrid a Compostela) reconociendo que dio dinero a cambio de chollos a sus amigos y colegas de la gaviota…
Pero volvamos a las cosas de comer: que dice el gran jefe del banco de las uves y las bes, que ganó más que nunca y le va a subir los sobresueldos a sus máximos colaboradores y que, por eso, para celebrar la salida de (su) la crisis, hay que continuar con los sueldos bajos, los contratos miserables y alargar las jornadas laborales.
Tranquilos que la banca siempre gana como nos demuestran los compradores de NCG, que hicieron el negocio del siglo bajo la bendición de nuestro Feij009.
Maduros y podridos.

Maduros y podridos

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