ILUSTRES IGNORANTES

El título pertenece a un programa de humor que emite Canal+ y, aviso al lector, esto no es para reír sino para llorar de rabia.
Imaginen el panorama: en un país que ahora no viene al caso, la justicia señala que el partido más importante  –por el número de afiliados y porque ejerce el poder en todas las instituciones del Estado, tras ganar las elecciones– se financió de forma fraudulenta durante más de un cuarto de siglo…
La primera reacción fue la  de acusar a policías, fiscales y jueces –dirigidos desde el partido rival – de confabularse en una operación cósmica para destruirlos…
Con el paso del tiempo aparecían nuevos  papeles, se destapaban otros casos, se conocían  donantes, receptores y los tres responsables del dinero que se amontonaba en el partido, fueron requeridos por la justicia…
El encargado de las obras en la sede “cantó”, otros confirmaron las sospechas y por el medio se estropeó un ordenador y otras pequeñeces que ya son historia.
Y ¿qué pasó esta vez, dirán ustedes…? Pues que todo era una trampa. Que unos golfos, desde fuera, habían entrado en la casa, y llevado la tela.
Pero co  el paso del tiempo se descubrieron nuevos asuntos por aquí, por allá y acullá, con distintos nombres, pero las mismas tácticas. Por ejemplo, en uno de los últimos se habla de joyas, fiestas, pisos, obras de arte… pongamos que hablamos del caso de Madrid. 
Incluso los periódicos  citan un “compadreo con jueces que conocían esos casos”. Y, esta vez ¿qué pasa, que nos cuentan os señalados por el dedo de la justicia?
Pues que ellos no son. Que ellos no sabían nada. Que estaban en la más absoluta ignorancia.
Estos ilustres ignorantes añaden otro dato: los presuntos, los acusados, los que están en el trullo y los que van a entrar dentro de poco, no son de los suyos. Ya no están con ellos. Ya fueron arrojados al fuego del averno…
Y, pobrecillos, ignorantes, no recuerdan que cuando metieron la mano en la caja, cuando recibieron el sobresueldo, la mordida, las joyas, les pagaron las facturas de sus festejos o “les pusieron un piso”, estaban, eran, pertenecían al grupo. Por eso les buscaron… y encontraron. Por eso contaron con su complicidad para desarrrollar esa “hiperactividad delictiva”.
Y ahora que lo pienso: ¿no será que sus ilustrísimas, piensan que los ignorantes somos nosotros, los ciudadanos?
Piénselo estos dias, amigo lector. 

ILUSTRES IGNORANTES

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