DE ESCÁNDALO, OIGA...

Te ponen malo, palabra. Crean una Comisión Bioética y esconden el informe en una esquina de la Consellería de Sanidade, mientras la titular, cuando le hablan del asunto, o de las camas en los pasillos, o de la saturación en las salas de espera (la televisión es testigo) se ríe con todo el descaro.
Algo escandaloso, palabra, cuando el informe acusa al sistema que dirige la sonriente política de la “existencia de desigualdades en las prácticas sanitarias”... De escándalo, oiga.
Para esto de la hepatitis C el Gobierno de Mariano Rajoy le prestará dinero a las comunidades autónomas “a un bajo interés”. O sea… arreglen esto y paguen la factura, dice el novísimo ministro de la cosa, al que le investigan un feo asuntillo de cuando era alcalde de Vitoria.
La deuda española rebasa toda posibilidad de afrontarla. A lo más que llegaremos es a ir aparcándola hasta tres, cuatro, cinco generaciones. Allá ellos, oiga. Pero lo escandaloso de esto es que “la herencia recibida” por Mariano, en la caja de la Seguridad Social, que sumaba ochenta mil millones, está ahora en la mitad, pues el resto se “lo fundieron” entre Mariano y Montoro.
Hablando de Montoro: mientras investiga los dineros de Podemos “traga” que la infanta, los Pujol, Granados y un amplio etcétera de nuestros próceres más cresos firmen declaraciones a doña Hacienda que salen… a devolver. De escándalo, ¿verdad?
Las últimas cifras nos cuentan que arrastramos la vergüenza de 275.500 gallegos que sufren una pobreza profunda y el riesgo grave de exclusión social.
Añadan que en las encuestas más recientes el 24 por ciento de las familias viven con cantidades por debajo de 12.000 euros al año y otro 20 por ciento de la población no recibe ayuda alguna….
Y, otra cifra que estalla en el rostro de nuestros gobernantes, el 75 por ciento de los españoles no cree en los brotes verdes, mientras la CEOE, la gran patronal que cuenta a dos manos sus beneficios gracias a la devaluación de los sueldos, admite una subida salarial de hasta el 0,9 por ciento, mientras sus resultados se estiman entre un dieciocho y un treinta y dos por ciento.
Y hay más motivos para el cabreo: en veinte universidades protestan por la reforma fiscal; asociaciones de jueces protestan por los últimos nombramientos y UPyD denuncia que la Comunidad de Madrid pagó a un asistente del juez Pedreira entonces instructor del caso Gürtel, que actuó como espía del Ejecutivo autonómico, implicado en el caso.

DE ESCÁNDALO, OIGA...

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