¿Es un peligro el Gobierno?

Yo creo que es ciertamente peligroso. Tóxico, pues tiene decisiones venenosas. Ya el añorado Forges lo bautizó en tiempos de Fraga como Afabanda Popular. Y ahí sigue la tropa. Si contamos el número de ciudadanos en peligro de extinción, por la pobreza energética, los sueldos de mierda, los trabajos que más que temporales son como un tifón. 
Si añadimos los recortes en Sanidad, Educación, Dependencia. Si sumamos que esa banda, ciento noventa “presuntos” ante los tribunales, una docena en las cárceles y otros, cuyo número se desconoce, todavía, andan “agochados”, si a eso se suma la ley mordaza, el endurecimiento del Código Penal y la peligrosa deriva a la hora de juzgar a cantantes, chistosos, escritores y titiriteros, las señales de peligro son inminentes. Socorro, peligro, que ahí está el Gobierno. 
Está repasando las concertinas que destrozan la piel los que creen que de verdad España es jauja, como confesó en la SER el ministro Zoilo, jefe de los palos y como denunció, una vez más, Amnistía Internacional y reprobó Bruselas con rara contundencia. Ellos que pastelean con los paraísos fiscales y apuestan por reducir las medidas sociales.
En esto de la “libertad de expresión” hay un viejo chiste, políticamente peligroso en los grises años de la dictadura que no me resisto a contárselo: Años cincuenta. En un tren, dos hombres hablan sobre la situación en la España franquista. Uno de ellos exclamó “esto es una mierda”. 
De inmediato la eficaz Policía, “la social”, les detuvo, pues no se podía insultar a España. El pasajero aseguró que no hablaban de España, sino de otro sitio. El policía saludó, marchó… y volvió al rato: detenidos. El único país que es una mierda es este… pero no puede decirse. 
Fin de la cita, que diría M.R., hoy presidente de esta España campeona de la desigualdad, líder en salarios raquíticos, primer premio en contratos a tiempo parcial. Inventora de los “jubilados precarios”, con varios ministros reprobados y un presidente no grato en propio pueblo. 
Un señor que miente en sede judicial: dijo que no conocía a Álvaro Pérez (antes El Bigotes), cuando este explicó que era su “consejero personal” (fueron juntos a comprar unas gafas que mejorasen el estilo Mariano) y viajaron juntos, en campaña electoral por Argentina y Uruguay. Rajoy ya escondió la verdad cuando dijo que no se dedicaba a temas económicos cuando organizaba las campaña, hecho desmentido por las hemerotecas. Peligro ¡que sigue el Gobierno! 

¿Es un peligro el Gobierno?

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