De la era al erial

La etapa de Rajoy acaba dejándonos aquí un erial: desde la corrupción que cada día tiene más historias que contar (las penúltimas en Madrid y Sagunto). Llega con contar el número de parados, de los trabajadores que tienen un salario que nos les alcanza para llegar a fin de mes, de los dependientes sin ayuda y los ciudadanos – más la cuarta parte de la población– que aguanta con una meta única: la supervivencia. Y no me digan que su partido fue el más votado, pues eso cabrea aún más.
Y había otras posibilidades para cambiar la era (periodo histórico) como se demostró hace días en el Parlamento en las votaciones que acabaron con la reprobación del pío ministro de los palos y creador de la policía política o tumbando algunos acuerdos del gobierno en funciones. Pero es historia vieja aunque sea un retrato del futuro.
La era Rajoy nos deja una deuda de dieciocho mil millones, este año, en la Seguridad Social, los cientos de millones que costó el salvavidas a la banca, los recortes en educación y sanidad y el hundimiento de la hucha de las pensiones. Seguramente otra historia –era– podría resultar si no hubiera que contar con las cinco cajas B que se le atribuyen al PP… Los casos de Valencia, según la instrucción, “se registran regalos que salían del ayuntamiento en furgonetas”. Recordemos que era entonces alcaldesa Rita Barberá, en funciones hoy de senadora.
Funcas (la Fundación de las Cajas de Ahorros) sitúa en España “el 12% del empleo en riesgo y tiene grandes posibilidades en traducirse en menos ingresos”. La política de este gobierno puede retratarse con dos ejemplos: la crisis de Abengoa, empresa privada, pasa factura a la aseguradora pública (dinero de todos) y el Banco Popular (¿recuerdan las ayudas a la banca?) prepara el despido de tres mil empleados.
En Galicia era se traduce por eira –lugar donde se realizan labores de la huerta– y erial  en gallego se dice ermo, baldío. La era –el tiempo histórico– del gobierno que ahora repite nos deja a uno de cada cuatro gallegos en riesgo de pobreza y exclusión social. Se trata de setecientos dos mil conciudadanos, el 25% de una población de dos millones setecientos treinta mil habitantes. Con los jubilados con menos ingresos, junto con los extremeños, de todo el Estado. ¿Celebramos una era? ¿Estamos en el buen camino?

De la era al erial

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