Doentes y pacientes

Pero si lo dicen ellos: Insalud (insoportable, indecente, increíble) o estos: Servicio, “Servicio Galego” (no sirven, no valen, no llegan) y, sobre todo lo dicen los ciudadanos –pacientes y doentes, pero todos cabreados, impacientes–, con algo que era, eso sí, la marca, la bandera de España. 
Hace unos días se cumplía uno de esos aniversarios redondos que elevan la fecha a noticia: se trataba de conmemorar los años que el hospital de La Paz, lleva en servicio. La SER “le hizo” una fotografía sonora, con testimonios de médicos y sanitarios del centro; pacientes y ex, así como políticos que acuden, ahora en elecciones, como moscas a la miel –¡probiños!– para sacar pecho de lo hecho por otros,  o para rechazar la herencia de los otros…
Los testimonios de los profesionales fueron demoledores: con el PP la sanidad pública padeció una fuerte desvalorización, menos inversiones por valor diez millones en recortes y más de cuarenta y cinco mil profesionales a la calle, así como la politización con fines como la almoneda en las instalaciones –escondida bajo la llamada externalización– la tijera en la medicación y número de operaciones, así como la apuesta decidida por la privatización. 
Uno de los profesionales entrevistados desmontó con números y cifras las mentiras de los responsables políticos: España, con Portugal, es de los países que menos gasta en Sanidad de toda Europa. El sistema, añadió, es sostenible además de una obligación al figurar la salud después de la vida, como uno de los derechos que recoge la Declaración de los Derechos Humanos. Se mantienen los servicios en un alto nivel gracias a la profesionalidad de los sanitarios, que ya avisan de los nuevos recortes prometidos por el Gobierno de Rajoy a la insaciable Europa (otros diez mil millones). Así pues, en Madrid, mucho que celebrar por el pasado y mucho que “rabiar” por el presente y el futuro…
Aquí, la pasada semana, en la Casa del Mar dos urgencias colapsaron todo el servicio. Y es que tres enfermeras, por ejemplo, atienden todas las plantas y, además, están prestas a las urgencias. Esa tarde medio ciento de doentes se convirtieron en impacientes pacientes. ¿Motivo? Los recortes –la chapuza mayor del reino la tienen en el Álvaro Cunqueiro– reducen el personal a los que el trabajo les desborda pese a su profesionalidad y dedicación. Y es que ellos sirven.. .pero quienes los mandan no valen.

Doentes y pacientes

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