TE CONOZCO MASCARITA

Ya estamos en época cuaresmal, lo sé y me fustigo convenientemente siguiendo la actualidad política, para luego exponérsela a ustedes en raciones proporcionadas. Pero el Martes de Carnaval, en “El intermedio”, nos acercaron –¡era la fecha!– al bonito juego de “te conozco, mascarita” al añadir, a unas imágenes de Aznar inaugurando un no se qué sobre la democracia y el buen gobierno, un apasionado discurso a favor de la Constitución. Vale, ¿y qué?, se preguntarán ustedes. Pues que, al tiempo, el “talentoso” programa nos colocaba en la pantalla de nuestros televisores los periódicos riojanos del verano-otoño de 1979 donde un jóven y agresivo Aznar despotricaba contra la Constitución. De ahí que, hoy disfrazado de estadista, a Jose Mari podemos decirle “te conozco, mascarita”, y se puede disfrazar de lo que sea, que ahí quedan las hemerotecas. Y el inventor del Instituto Atlántico de Gobierno enseñaba bajo el disfraz la patita… Seguía a su mentor, el exministro Fraga, que votó en contra del artículo octavo y fue presidente de Galicia!
Pero eso mismo le pasa a Mariano, campeón hoy de la democracia, la igualdad, solidaridad y fraternidad, que allá por los ochenta en el “Faro” desvelaba sus teorias sobre la igualdad de oportunidades (un invento de los rojos, decía) o la igualdad entre las razas según el color de su piel… Así que, se tape lo que se tape… te conocemos, mascarita. Y ese es uno de los problemas que hoy padecemos: el disfraz con el que se presentan muchos de nuetsros políticos y que, a poco que se mueven, se les cae la careta.
¿Disfraces? Aparece Ciudadanos y el PP cita su nombre en versión original, pues, como se sabe, el anticatalanismo vende mucho entre la derechona más agresiva, que, en sus famosos aquelarres, su infantería mediática pone el ojo en los otros y tapa la viga de sus patrocinadores.
Pero¡ te conozco, mascarita!
Y tenemos las declaraciones del señor Junker (disfrazado ahora de europeísta), que son como un puñetazo: la troika, dijo, ha pecado contra la dignidad de los ciudadanos de Grecia, Portugal e Irlanda. No incluyó a España, pues el ataque a la economía, dignidad y futuro es cosa de las políticas “marianistas”, donde igual desaparece un ordenador como un expediente o aparecen millones en Valencia de dinero sucio. Y es que, se pongan como se pongan, se les ve la patita.
Os conocemos pese al disfraz.