Cara y cruz

Son muchos los que no están dispuestos a confundir la estadística que dirige el Gobierno con la realidad sino en incluirla en el capítulo de la propaganda. Uno de los que mejor lo explican es el “compa” de estas páginas – José Castro Ratón– que, en una ojeada a la propaganda nos pone frente a la realidad: “En esos datos sobre el paro se excluye a las personas a quien tenga un empleo aunque sea de una hora a la semana. Tampoco se tienen en cuenta a los trabajadores incluido en expediente de regulación de empleo, ni a los que perciban alguna prestación económica por desempleados, ni a los asistan a cursos de formación profesional, ni a los que cobran un subsidio agrario por trabajar, en las llamadas peonadas, unos pocos días al año”. 
Se trata, y tiene razón Xosé Castro Ratón, de un fraude. Es la cruz de la cara que quieren “vendernos” desde el Gobierno en funciones. Qué cara, ¿no? Y cuando la vicepresidenta explicó las bondades de esas cifras le recordaron las televisiones (poniendo sus declaraciones desde los bancos de la oposición) que “mayo, junio y julio son meses con más calor… y más empleo temporal, mal pagado y con horarios abusivos”. Claro que eso lo dijo cuando gobernaba Zapatero…
Y hay otra cruz, aquí a nuestro alrededor, que denuncia de Cruz Roja, como antes –y también con cifras que deberían avergonzar a nuestros gobernantes en funciones – hicieron Cáritas y los directivos de la Cocina Económica. Resulta que el 4% de los residentes en A Coruña se halla en situación de vulnerabilidad, siendo los ciudadanos de la tercera edad el colectivo más numeroso. Cruz Roja eleva a 180 el número de personas sin hogar y que están sin contabilizar los que duermen en infraviviendas o en albergues… Añadan lo que dicen las estadísticas oficiales: el 25% de los coruñeses circula al borde del umbral de la pobreza.
Y otra cruz que sufrimos, un día sí y otro también, nos llega a través de las páginas de sucesos: mientras ellos se gastaban millones de dinero corrompido en fiestas, regalos y “putitas”, el resto sufría los recortes que, de nuevo nos amenazan, y ya anticipan desde Europa que sumarán ocho mil millones de euros. Ellos, según estudiosos de nuestra economía, se llevaron en crudo: desde los cuartos de las fiestas de Ana Mato hasta las trampas de la Púnica o las estafas del Canal de Isabel II, seis mil millones. Que cara y que cruz, oiga…

Cara y cruz

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