CARA Y CRUZ

Ante las últimas informaciones sobre el descenso del paro (de un 25% a un 22%) nuestros gobernantes, apoyados por el aparato mediático, y los imprescindibles compañeros de viaje, enseñan la cara para decirnos que nos han apartado la cruz que cargábamos
Pese a la buena nueva, la actualidad nos muestra el envés a esa retahíla de bondades: el empleo sigue siendo precario y de baja calidad. Perdidos muchos de los derechos de los trabajadores y, alentados por el Gobierno los empresarios, la mayoría de los salarios están por debajo de los quinientos euros y los horarios vuelven a las épocas de la esclavitud.
El “milagro económico” marianista se sustenta en aumentar los beneficios de la patronal en base a empobrecer a los trabajadores. Hay ejemplos elocuentes: mientras la calle protesta por la mala nutrición infantil, el copago de las medicinas, el dinero en “B” que circula de uno a otro lado, la falta de subsidio para los parados de larga duración y el drama de ese millón largo de familias que tiene a todos sus miembros en paro, el gran jefe de Iberdrola aplaude el resultado de sus balances… a costa de la pobreza energética, la subida del recibo de la luz y el perdón de millones por el gobierno.
Y mientras una mayoría de la ciudadanía llega con apuros a final de mes, aumenta de manera obscena el número de millonarios y crecen las desigualdades.
Pero esto no es una sorpresa, pues es una de las señas de identidad de los gobiernos de derechas y ya estaba en los planes de Rajoy el cuatro de marzo de 1983 cuando en un periódico vigués (está en internet, por si alguien quiere la versión completa) el hoy presidente del Gobierno y ¡ay! candidato a presidir otra legislatura explicaba las virtudes de la estirpe (la casta) y rechazaba –por ser una idea de los comunistas airados y los socialistas moderados– la igualdad de oportunidad, el reparto equitativo de la riqueza…
Y por esa diferencia entre los de arriba y los de abajo, el señor Rato entra en su coche a los juzgados y en Melilla el jefe nombra a su mujer subjefe.
Aquí, por eso, como la familia (política) es lo primero, siguen contratando con la Gürtel (¿cierto, señora ministra de Fomento?) y en Valencia, los peperos, pasan del Ayuntamieno y de la Comunidad al Senado
¡Qué cruz!
¡Qué cara!

CARA Y CRUZ

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