RECAUDAR POR RECAUDAR

Las diferentes administraciones públicas tienden a confundir el bien y el interés general con la legalidad vigente. Así en demasiadas ocasiones cometen cantidad de atropellos contra los ciudadanos más indefensos. La Dirección General de Tráfico ha tenido la idea de aplicar el Reglamento General de Vehículos y remitir, de oficio, notificaciones para “sancionar” a los propietarios de los mismos que no tienen la revisión oficial (ITV) al día y el seguro obligatorio, sin tener en cuenta de que esos vehículos no circulan y están parados para ahorrar una vez que sufren directamente las consecuencias de la crisis. Una prueba de que se trata de recaudar por el mero placer de recaudar.
También, por parte de algunos municipios, hay mucha oposición para reconocer, a una persona con un importante grado de discapacidad y con dificultad grave de movilidad, la exención del Impuesto de circulación. Recurren a todos los argumentos posibles para denegar la exención y crear una auténtica discriminación, aunque sea evidente que se destine, dicho vehículo, para el transporte del discapacitado y tenga dificultad para la utilización del transporte colectivo. Otro caso de recaudar por recaudar.
Otros municipios, alegando posibles errores informáticos en la aplicación del cálculo de la retención en los recibos de salarios, en cantidades inferiores a las legalmente exigibles, se dedican a reclamar el reintegro de esas cantidades a pesar de ser conscientes, según establece el Tribunal Supremo y cierta doctrina de la Dirección General de Tributos  que no permite en el ámbito estrictamente tributario el efectuar deducción alguna de los ingresos de los trabajadores ni reclamar cantidades a los mismos que se deban a retenciones no practicadas en su momento. Recaudar por recaudar y lo peor de todo es ver la manera como se dilapida el dinero público.

RECAUDAR POR RECAUDAR

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