Pobreza

Tomarse un refresco o un café, en cualquier terraza, es un lujo para muchas familias. Encender la luz por las noches, poner la lavadora o atreverse a comprar algo de ropa le supone tener muchas dificultades para llegar a final de mes. Repostar gasolina al turismo, pagar el seguro obligatorio, pasar la ITV o tener que ir al taller ya no está al alcance de centenares de familias humildes.
Ahora nuestros gobernantes nos ilustran con algo que algunos ya sabíamos. Las Comarcas de o Barbanza y O Salnés son donde más familias hay, de todo Galicia, que viven en la miseria económica y que incluso tienen muchas dificultades para alimentarse, adecuadamente, cada día. La pobreza, cada vez más, extiende su negra sombra sobre las familias, en ambos márgenes de la Ría de Arousa.
Esto produce grandes desigualdades sociales, problemas psicológicos, fracaso escolar, exclusión social … Familias que enganchan la corriente eléctrica del alumbrado público; matrimonios, con hijos emancipados, que comen una vez al día y pasta toda la semana por temor a que sus descendientes conozcan su dramática situación.
Familias numerosas que acuden a asociaciones y entidades benéficas, mientras que sus familiares directos se pegan la gran vida. Cabezas de familia a los que les ronda, constantemente, el deseo de poner fin a esta pesadilla, a través del suicidio.
Son personas, como tú y yo, que nos encontramos cada día por la calle peatonal, por el paseo marítimo, en la verbena del barrio o en el supermercado más económico. Un día las circunstancias les pusieron a prueba y siguen luchando para salir a flote, en muchas ocasiones con escasas ayudas públicas y nula solidaridad vecinal. La culpa es de toda la sociedad.

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