Luis de Guindos y el BCE

España perdió peso y relevancia en Europa –también en el mundo– y ahora tiene la oportunidad de situar a un español en el Banco Central Europeo, institución que marca la política monetaria comunitaria y es una pieza clave para todos los países que conforman el entramado de la UE. Recuerden las palabras mágicas del presidente Mario Draghi, “haré todo lo necesario” para salvar el euro que, con otros factores que generaron un viento de cola, hicieron realidad la salida de la recesión para llegar a la expansión actual.
Estas dos premisas –ausencia internacional de España y posibilidad de subsanarla– debería llevar a todos a la conclusión de hacer “causa común” para recuperar algo del peso internacional perdido aupando a De Guindos a la vicepresidencia del BCE.
Su candidatura parece que cuenta con apoyos suficientes, conservadores y socialistas, entre los que destaca el del Gobierno portugués que “paga” con el mismo amor el voto favorable de España para situar a Antonio Guterres en la Secretaría General de la ONU.
Por eso, sorprende –y “canta mucho” dicho en lenguaje coloquial–, que los socialistas españoles le niegan el apoyo y, además, mantengan una cruzada contra su idoneidad para sentarse en el BCE.
En este sentido hay que recordar que el aún ministro de Economía es un técnico que, además de buen curriculum, tiene el aval de estar bien relacionado en Europa y de llevar seis años al frente de la economía española que recibió casi desahuciada y situó en la senda del crecimiento. Se puede discrepar de algunas políticas implantadas, pero nadie le puede negar que salvó el match baall del rescate cuando en Europa se decía “España no se puede dejar caer, pero es demasiado grande para poder rescatarla”.
Por ahí adelante, cuando un Gobierno propone su candidato como representante del país, los partidos “normales” suelen apoyarle aunque a veces digan “no es nuestro candidato”. En España, el PSOE dice que prefiere una mujer con perfil técnico sin dar un nombre y presiento que con esto perjudica más al país de lo que beneficia a la causa feminista.
Es la cicatería de unos dirigentes bisoños que no ven más allá de las paredes de Ferraz y vuelven al “no es no”. A ver qué dicen el día después si la candidatura de De Guindos prospera. Si fracasa habrán derrotado al PP, del que De Guindos no es afiliado, pero llevarán la culpa de dejar a España sin un puesto en el BCE que le pertenece por población y por el peso de su economía.

Luis de Guindos y el BCE

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