¿Y ahora qué?

Esta pregunta me la hice en el momento en que acababa el recuento electoral catalán. Y me la sigo haciendo estos días cuando analizo los datos. Los votos emitidos son mensajes lanzados en voz alta. El pueblo habló de forma masiva, y dijo lo que quería. Estas son mis diez reflexiones sobre lo que ha ocurrido el domingo 27: 
1.- Que Rajoy tiene que ponerse al frente para abrir el diálogo. Su partido político está en caída libre. Cada nueva elección son miles de votos que pierde: Europeas, andaluzas, autonómicas, municipales y ahora las catalanas, lo corroboran. 
2.- Que los votantes han ecidido que Ciudadanos sean los primeros interlocutores necesarios para, desde la moderación y la unidad de España, encontrar soluciones para la autonomía catalana. 
3.- Que los socialistas catalanes son ignorados en tres provincias. Su fuerza electoral es Barcelona donde obtienen 12 de los 16 diputados.
4.-Que los podemitas pueden haber tocado techo, y ellos los saben. Las uniones variopintas salieron bien una vez, pero poco a poco se va demostrando que no son efectivas.
5.- Que los antisistema y anticapitalistas de la CUP, en su condición de asamblearios, ahoras después del cierre de los colegios electorales dijeron algo coherente sobre el separatismo, dentro de la incongruencia anárquica que les caracteriza.
6.-Que Cataluña está fracturada en dos: Independentistas de condición y los que fueron engañados detrás de un reclamo plebiscitario ilegal, y los que no se plantean dejar de usar el pasaporte español y que están cansados de tantas mentiras. Ese 52,16% de los votos entregados a los partidos constitucionalistas, demandan atención y soluciones políticas. 
7.- Que Mas está más que amortizado. Su cabeza como gobernante debe ponerse en la bandeja de posibles acuerdos. Su enrocamiento es tan grande que las salidas, tomen la dirección que tomen, son inviables. La única posible es que se vaya y que en los libros de texto las próximas generaciones lo recuerden como el hombre que sin fundamento quiso convertir el Catalanismo en un Independentismo contrario a la ley. Su plebiscito encubierto era irreal e imposible y él lo sabía.
8.- Que la fuerza catalanista más antigua, Unión, se ha convertido en un partido extraparlamentario. Sus posibles votantes les hicieron pagar las consecuencias y el retraso en tomar decisiones de ruptura con CIU. La corrupción y el separatismo, que sin bendecir aceptaron estando en el ejecutivo catalán, les pasó una factura muy elevada.
9.- Que lo que ocurra en los próximos meses en Cataluña va a tener un reflejo directo en las elecciones generales cada vez más abiertas e indecisas en cuanto a los posibles ganadores.
10.- Que en el horizonte se vislumbra un Gobierno catalán muy debilitado si se usa alguno de los votos de CUP, o que las urnas nuevamente tengan que ser colocadas en los colegios electorales. Sería la cuarta vez en cinco años. 
Es la hora de la verdad. Es la hora de que los políticos ejerzan como tales y conjuguen diálogo, acuerdo, negociación y resolución en favor de la mayoría de los votantes. La dilación solo genera que los temas se pudran. Y eso es malo para todos.

¿Y ahora qué?

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