Tercera Vía: ¿podría llegar de fuera?

Cuando me pongo a elaborar mi Telar, el rey Felipe VI anda con las consultas a las diferentes fuerzas políticas que integran el Parlamento de España para conocer los posibles apoyos y proponer un candidato que pueda pasar el siempre difícil tamiz de los votos en la Cámara Baja.
Debo reconocer que de puertas para dentro no sé lo que pasa en las conversaciones que mantienen los representes políticos. No soy tan estúpido o atrevido como una gran mayoría de los tertulianos que inundan televisiones y emisoras de radio, que parece, por lo que cuentan, mienten o se inventan, que ellos están también presentes en las conversaciones y conocen los temas de primera mano cómo si estuvieran trabajando con luz y taquígrafos, que es lo que pedimos siempre los periodistas para que luego no se produzcan errores o desmentidos.
Teniendo en cuenta lo que está ocurriendo, según los medios de comunicación, la elección del futuro presidente del Gobierno de España no está nada fácil. En el momento actual se barajan dos únicas fórmulas: apoyo o abstención de las fuerzas constitucionalistas para que gobierne la derecha encabezada por Mariano Rajoy, o unidad de los grupos de izquierdas para que lo haga el socialista Pedro Sánchez. 
De todos modos, podría surgir la que yo denomino Tercera Vía. Fundamentada en que la responsabilidad de presidir el Ejecutivo se encomiende a una persona de fuera del Congreso. Es decir, a alguien que no salió elegido o no figuraba en las papeletas de votación del pasado 20 de diciembre.
Revisando artículos en informes, viajando al centro de las hemerotecas, adelanto que en nuestro país el presidente del Gobierno no tiene por qué ser diputado. Ni tampoco estar afiliado a un partido político. Hasta ahora el hecho no ocurrió nunca desde que en votación elegimos a nuestros representantes.
Veamos lo que dice, entre otras cosas, la Constitución en su artículo 99: “El Rey, previa consulta con los representantes designados por los grupos políticos con representación parlamentaria, y a través del presidente del Congreso, propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno”. Centrémonos también en la ley reguladora 50/1977 reflejando el artículo 11: “Para ser miembro del Gobierno se requiere ser español, mayor de edad, disfrutar de los derechos de sufragio activo y pasivo, así como no estar inhabilitado para ejercer empleo o cargo público por sentencia judicial firme”. 
Con estos postulados vemos que mi Tercera Vía no es imposible para que alguien que no ostenta asiento en el Congreso puede ser elegido en votación presidente del Gobierno para la XI Legislatura que acaba de iniciarse. La pregunta para la que no tengo respuesta es esta: ¿Quién puede ser elegido? El tema es muy complicado, ya que hay que unir las sensibilidades de los votos mayoritarios para que pueda ser investido. 
Entrando en los mentideros periodísticos, que nada me gustan, estos días que hice un alto en mi camino profesional y estuve por tierras de la Comunidad de Madrid, hablé con compañeros de profesión, y en muchas de las conversaciones salían los nombres de dos políticos que alcanzaron altas cotas y los dos son catalanes: Josep Borrell (Pobla de Segur) y Josep Piqué (Vilanova i Geltrú).
El tiempo nos dirá si la Tercera Vía es necesaria y posible al estilo italiano. Veremos.

Tercera Vía: ¿podría llegar de fuera?

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