¡No me rindo!, soy pensionista

Hace tiempo que las redes sociales registran numerosas protestas, reivindicaciones y denuncias por parte de los pensionistas. Colectivo al que pertenezco porque llevo ya algunos años cobrando la pensión que, dicho sea de paso, me he ganado muy a pulso durante mis más de cuatro décadas cotizando. Nuestras reivindicaciones, a las que me uno con todas mis fuerzas, cogió con el pie cambiado al Gobierno central cuando miles de españoles que vivimos de una pensión salimos a las calles. 
Nuestro paisano, Mariano Rajoy, encajó el golpe con su acostumbrada postura de encajador nato y soltó una de sus habituales perlas que me ha sonrojado: “Es fácil decir suban las pensiones, pero si no hay dinero no se puede tomar el pelo”. Y el rizo de la permanente política lo puso la ministra del ramo, Fátima Báñez, cuando reconoció que “el Gobierno trabaja para subir más las pensiones”. El término trabajar, señora Bañez, no quiere decir que se haga.
En este constante rosario de manifestaciones yo le quiero recordar a Mariano Rajoy que se le llenó la boca muy a menudo en campañas electorales prometiendo que se subirían las pensiones y haciendo siempre referencia el IPC.Y es más, el presidente se unió también al colectivo de los “peluqueros” políticos, cuando dijo que los españoles tenían que complementar los subsidios públicos con ahorro privado… 
Ya me dirá cómo se hace eso con un pensión media un poco superior a los 800 euros. Los pensionistas hemos perdido una media de 670 euros al año en capacidad adquisitiva 
Ahora para el ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro, los pensionistas somos “costes inherentes”. Así lo ha confirmado durante una intervención pública cuando dijo que el Gobierno trabaja para incluir en los Presupuestos de 2018 una deducción en el IRPF, para reconocer que cuando una persona alcanza una edad “muy avanzada” existen unos costes por dependencia mayores. El político que maneja los cuartos de nuestro país, no dice a qué jubilados por edad se les va a aplicar esa reducción. 
En fin, señor Montoro, le recuerdo que los pensionistas, los jubilados no somos loros, y que con el chocolate que nos ofrece no nos va a contentar. No nos siga ofendiendo. Su oferta me parece un chiste de mal gusto. Y me pongo en primera persona ya que mi subida de ese 0,25 % son poco más de seis euros. Me imagino lo que significará para compañeros pensionistas como yo que reciben una pensión muy inferior. Hay que sentarse en una mesa negociadora y llegar a un acuerdo. El pacto de Toledo es la clave. Los que cobramos nuestra pensión, bien ganada en tantos años de cotizaciones, merecemos un respeto. Le recuerdo que yo “¡¡¡No me rindo!!, soy pensionista”, y que en la calle nos encontraremos. 

¡No me rindo!, soy pensionista

Te puede interesar