Reconozco que estoy preocupado de cara a un futuro próximo e inmediato de las entidades que trabajan en el campo de la ayuda social. Y lo estoy por la resolución del Tribunal Supremo que anula la normativa estatal del Gobierno por la que se regula la subvención a las entidades con fines sociales y ONG,S en base al recurso presentado por la Generalitat de Cataluña, que consideraba que el decreto invadía la competencia exclusiva que tienen los gobiernos autonómicos en materia de asistencia y servicios sociales.
Reconozco que una vez más llevo el agua a mi molino. El de la solidaridad que desarrollo desde Cáritas de Santiago en mi condición de persona comprometida y voluntaria con los más necesitados. Y si lo hago es para que el lector conozca algunos datos registrados en la institución a lo largo del pasado año y que son significativos del trabajo que se desarrolla con los dineros recibidos:
-73.736 personas fueron las destinatarias de la acción de Cáritas en 2014.
-El número de atenciones practicadas fueron 57.325.
-Se abrieron 1.407 nuevos expedientes.
-En cuanto a los gastos el destino principal fueron las necesidades básicas: alimentación, vivienda, gastos sanitarios y pago de recibos.
-En la atención practicada las mujeres representaron el 56,55% y los hombres el 43,45%.El 81,30% fueron nacionales y el 18,70% inmigrantes.
Si esta resolución judicial es de gran alcance, no podemos olvidar que probablemente en el mes de septiembre se produzca otra del Alto Tribunal en relación a si debe ser el Estado o las Comunidades autónomas las que repartan los fondos recaudados por medio de las casillas sociales del IRPF.
Para que se den cuenta de la magnitud de lo que puede ocurrir señalar que en el año 2014 Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela recibió por este conducto cerca de un millón de euros, representando el 16 por ciento de los ingresos totales, y que se destinaron a proyectos concretos que fueron evaluados y aprobados.
Si la primera sentencia produjo nerviosismo, desazón y dejó temblando a los responsables de las ONG,S, lo cierto es que la segunda si va en la misma línea, según el recurso presentado por el Gobierno catalán, varios millones de personas se verán abocadas a una situación de riesgo. Puede producirse las desvertebración del sector y entrar en una hipotética vía de desaparición.
Un nuevo dato del alcance de la situación: Cáritas Santiago aglutina a una población de más de un millón de personas, de las que el 24,3 por ciento (más de 300 mil) están en el umbral de la pobreza.
No lo duden, el tema tiene gran calado y largo alcance. Está en peligro el trabajo desarrollado durante casi tres décadas, una labor solidaria que pende de un hilo. Por eso nos preguntamos ¿qué va a pasar con las entidades que trabajan en el campo de lo social…?. Por el momento, y así lo reconocen desde el Ministerio de Sanidad, la solución es difícil.