XXI encuentro de música coral Fonseca

En el nacimiento de nuestra lengua Gonzalo de Berceo, poeta narrador de milagros, cuenta que yendo de romería se encontró en un prado, sencillo, verde y con muchas flores. Hoy, en itinerario de peregrinación coruñesa, alcanzamos la iglesia de los jesuitas –días 6, 13, 20 y 27 de mayo; 20.30 horas– y Joaquín María García de Dios nos presenta el XXI encuentro de música coral Fonseca. Se hace romería al andar. Lo advierte Cervantes: “no hay ningún camino que no se acabe, como no se lo oponga la pereza y la ociosidad”. Por eso alabamos a quienes abrieron marcha y revalidaron parabienes la primera jornada. Coral polifónica Follas Novas, dirigida por Fernando Vázquez Arias, al piano Anna Mirzoyan: coro de cámara de la escuela municipal, profesora Alexis Díaz González de Mendoza y director y maestro Pablo Carballido del Camino; y coro joven de la Orquesta Sinfónica de Galicia dirigido por D. G. Arlés. 
En el emplazamiento todos los caminos conducen a la música. Igual que con pan y vino se anda el camino pues, a fin de cuentas, nuestras vidas son ríos que marchan hacia el Padre. Y quien no sabe, conforme recuerda Plauto, por qué camino llegará al mar, debe buscar el río compañero. La providencia nos convoca con su melodía y llena el odeón improvisado de resonancias celestiales. Hay muchos mitos y pareceres. Algunos convencen al personal y otros los repudian, porque están tejidos por hilos muy dispares. Voluntad, energía, tesón. Despacio, despacio, se va lejos. Lo que haya que hacer se hace sin vacilar. Sin tal determinación ni Cisneros hubiera sido Cisneros: ni Teresa de Ahumada, Santa Teresa…; ni Íñigo de Loyola, San Ignacio.
Conviene perseverar más allá de las fuerzas humanas. Sin abatirse nunca. Con la esperanza de norte. Cual rezan las últimas palabras del diario de Scott al morir en el Polo Sur: “En la vida hay que andar, andar, andar… y no rendirse nunca”. 

XXI encuentro de música coral Fonseca

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