PUJOL VERSUS AL CAPONE

El muy honorable expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ha demostrado ser un sinvergüenza de tomo y lomo. semejanta al famoso Alí Babá y sus cuarenta ladrones. Bueno, los términos no son equiparables porque mientras el árabe y sus secuaces arriesgaban pelaje y burlaban la ley, el jerifalte fundador de CDC gobernaba con mano alargada, aprobaba normas y reglamentos e impartía lecciones de moral política. Todo para el pueblo pero sin concederle un euro a ese pueblo ignorante pues la verdad se evapora conforme falla la memoria. Nada menos que treinta y cuatro años ocultando a la Hacienda de todos vinculaciones a paraísos fiscales y evasión de impuestos. Una pequeña nimiedad –al decir de algunos investigadores peridísticos dos mil milloncejos de euros– en entramado financiero para proteger al clan familiar ante la justicia.
Este tipo sin escrúpulos, dueño de la finca “independentista”, con sus comilitones se permitiía criticar las inversiones viales y ferroviarias en Galicia “pues ya teníamos los percebes para contentarnos”, entona un hipócrita mea culpa que a nadie convence y que podríamos traducir por el “seny” –la pela es la pela– capaz de escamotear lo absoluto y conseguir una pensión vitalicia que sobrepasa los cien mil euros y cuatro funcionarios a su disposición. Menos mal que como al famoso ganster Al Capone los libros de contabilidad, facturas y mentiras múltiples lo han dejado con el culo al aire por evasión de impuestos.
Son los delincuentes de nuestro tiempo de crisis y penuria. Un tarero estafador de humillados y ofendidos sin el romanticismo de Diego Corrientes, Luis Candelas, Lázaro de Tormes o el carterista urbano expuesto a ser detenido.
Con este “chorizo” se agotan los calificativos: caradura, ladrón, timador, atracador, trincador saqueador... y mientras, junto a sus correlegiarionarios de camada, se proclaman víctimas indefensas de la democracia dictatorial española que únicamente niega derechos y roba a Cataluña.

PUJOL VERSUS AL CAPONE

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