DE POLVO Y AGUA

Que tu mano izquierda ignore lo que das con la derecha. Así la Fundación Juansoñador de la familia salesiana. Entregada a colectivos castigados por la exclusión social (infancia desvalida, emigrantes, expresidarios, analfabetos, etc.). Espejo de solidaridad. Estilo fraterno. Fragua solidaria de un Don Bosco con los brazos abiertos de amor. Convocatoria teatral en el auditorio centro cívico Los Mallos. Las Terangas de La Coruña, Orense y Vigo propician estos encuentros en favor de los derechos humanos que no tienen fronteras.
Y como muestra, singular aceptación y entrada, actuó la compañía Teatro del Dónde con la obra “De polvo y agua”, inspirada en una idea dramática de Copatzin Borbón. Espacio original de creación colectiva bien dirigido por Victoria Mateos. Carro itinerante por toda España. Excelente escenografía –escalera abierta sobre el suelo como vías ferroviarias y alzada como balcón donde hablar, saludar y despedirse– apoyada por música, iluminación y vestuario. Párrafo elogioso para los títeres de cuatro señoras que dialogan esperando ver el tren. 
En el punto ciego de una frontera –¿México?– camina un emigrante de polvo y agua. Sombrero andrajoso. Traje de harapos. Una botella de agua para atravesar el desierto. Una madre que marcha a EEUU tras el hijo que quiebra la memoria de su país en simple número. Final con escenario fantasmagórico donde flotará el ectoplasma del hijo cuyos ojos derramarán arena… Firme batuta para describir esta realidad teatral: el tren bestial que los emigrantes sólo pueden coger en marcha, el drama humano en pos de un horizonte mejor, las interrelaciones de víctimas sufridoras, la animación de los elocuentes muñecos. Magnífico y aleccionador reto interpretativo de las actrices Laura Ruiz y Cristina Canuda que saben adonde van y transmiten sensibles emociones. Desde la cabina técnica Juanjo de los Ríos ambienta y armoniza el climax dramático.Que tu mano izquierda ignore lo que das con la derecha. Así la Fundación Juansoñador de la familia salesiana. Entregada a colectivos castigados por la exclusión social (infancia desvalida, emigrantes, expresidarios, analfabetos, etc.). Espejo de solidaridad. Estilo fraterno. Fragua solidaria de un Don Bosco con los brazos abiertos de amor. Convocatoria teatral en el auditorio centro cívico Los Mallos. Las Terangas de La Coruña, Orense y Vigo propician estos encuentros en favor de los derechos humanos que no tienen fronteras.
Y como muestra, singular aceptación y entrada, actuó la compañía Teatro del Dónde con la obra “De polvo y agua”, inspirada en una idea dramática de Copatzin Borbón. Espacio original de creación colectiva bien dirigido por Victoria Mateos. Carro itinerante por toda España. Excelente escenografía –escalera abierta sobre el suelo como vías ferroviarias y alzada como balcón donde hablar, saludar y despedirse– apoyada por música, iluminación y vestuario. Párrafo elogioso para los títeres de cuatro señoras que dialogan esperando ver el tren. 
En el punto ciego de una frontera –¿México?– camina un emigrante de polvo y agua. Sombrero andrajoso. Traje de harapos. Una botella de agua para atravesar el desierto. Una madre que marcha a EEUU tras el hijo que quiebra la memoria de su país en simple número. Final con escenario fantasmagórico donde flotará el ectoplasma del hijo cuyos ojos derramarán arena… Firme batuta para describir esta realidad teatral: el tren bestial que los emigrantes sólo pueden coger en marcha, el drama humano en pos de un horizonte mejor, las interrelaciones de víctimas sufridoras, la animación de los elocuentes muñecos. Magnífico y aleccionador reto interpretativo de las actrices Laura Ruiz y Cristina Canuda que saben adonde van y transmiten sensibles emociones. Desde la cabina técnica Juanjo de los Ríos ambienta y armoniza el climax dramático.

DE POLVO Y AGUA

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