Más de los mismo

Suma y sigue. Vedettes compulsivas. Protagonistas de revista en el gran espectáculo que ofrece nuestro país entre la desidia de unos, la ambición desmedida de otros y la frivolidad reiterada de todos por mantener ese caldo de cultivo necesario para recitar las coplas de Mingo Revulgo. “Y no miras si te vas/ adelante o cara atrás/ zenqueando con los pies,/ dando trancos al través,/ que non sabes do te estás”.
De ahí que muchos dirigentes parezcan clonaciones con respecto al original que derivan. Así los guaperas tipo Pedro Sánchez, nuevo secretario general del Partido Socialista, repartiendo sonrisas profidén y abrazos a pie cambiado modelo ZP, sustituyendo el insulto de no saludar la bandera de Estados Unidos por incumplir el acuerdo social demócrata para elegir los cargos de la Eurocámara y de la Comisión.
Mal empezamos si incurrimos en deslealtades y olvidamos el programa. “Yace aquella virtud desaliñada,/ que fue, si menos rica más temida,/ en vanidad y en sueños sepultada”.
Lo afirma Francisco de Quevedo y repite en “El criticón” Baltasar Gracián que llora la descomposición y vicios de los compatriotas: “La soberbia de la estimación propia, el desprecio ajeno, el querer mandarlo todo y servir a nadie... el hablar mucho, alto y hueco, la presunción”. analicemos a nuestros mandamases y representantes. Se contradicen. Niegan a sí mismos. Ni por asomo sirven al pueblo. Hoy fue Durán i Lleida.
Ayer otros capitostes comprometidos con la corrupción, tráfico de influencias o simple cambio de camisa. Donde digo digo, digo Diego. Se exhiben en pasarela nacional cara a las próximas elecciones –incluidos quienes van de mesiánicos separatistas, leguleyos y trepas demócratas– buscando compañeros de viaje para chupar presupuesto.
Desgraciadamente la política va muchas veces asociada a la manipulación informativa o hábil mentira cual si estuviéramos en manos de aquel enano del III Reich, Joseph Goebbels, marrullero dialéctico por antonomasia.

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