EN UN LUGAR DEL QUIJOTE

En el Rosalía, ciclo principal, lleno absoluto destacando la presencia en las localidades altas de público juvenil, la Cía. Nacional de Teatro Clásico ofreció dos representaciones de “En un lugar del Quijote”, afortunadísima versión libre de la novela de Cervantes a cargo de Álvaro Tato, magnífica y brillantísimamente dirigida por Yayo Cáceres. La propuesta teatral agota los elogios. Telón alzado para recibir a un público ávido que se entrega desde la primera palabra. Lotes de libros de caballería apilados por doquier, incluso cubriendo el foro que hará de castillo y con accesos para que entren y hagan mutis los personajes. También una mesa donde escribe nuestro gran autor. Añadan el patio de butacas, pasillos central y laterales por donde pululan los actores sorprendiéndonos con sus provocaciones y guiños. Todo es ilusión y fantasía en los variados roles desarrollados por los actores apoyados por música en vivo, composición y arreglos de Ron Lalá. Señalamos también el vestuario, la iluminación y los efectos especiales.
Desfila el universo quijotesco en veintidós personajes fluidamente interpretados por Juan Cañas, Inigo Echevarría, Daniel Rovalher, Álvaro Tato y Miguel Magdalena. Secuencias de la narración inmortal sintetizadas, reflexivas, fieles al original, señalando las que faltan y desmontando el latiguillo del famoso espurio “ladran, luego cabalgamos...”. Humor, juego, danza, canto, habilidad dialogante y filosofía práctica al plantear el dilema de Unamuno en “Niebla”: ¿Quién es más real, Cervantes o Don Quijote?
Acaso una noria gigantesca conduce el espectáculo al describir el protagonista a Dulcinea del Toboso como “reina y señora mía; su hermosura, sobrehumana, pues en ella se vienen a hacer verdaderos todos los imposibles y quiméricos tributos de belleza que los poetas dan a sus damas. Sus cabello son oro; su frente, campos elíseos...”.

EN UN LUGAR DEL QUIJOTE

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