LA FELICIDAD ES POSIBLE

Llenazo en el teatro Rosalía de Castro con la presentación de la compañía Pentación y su obra “En el estanque dorado”, autoría Ernest Thompson e impecable y seductora dirección de Magüi Mira. Sensible y conmovedora. Dos actuaciones que podrían prolongarse una semana más con localidades agotadas. Porque el público inteligente acude tras el señuelo de grandes divos teatrales, Lola Herrera y Héctor Alterio, manteniendo diálogo íntimo, donde todo ya es pasado, la humedad del lago transmite serenidad y existe entereza ante el desenlace que se adivina próximo.
También una novela rosa, donde todos se quieren e incluso cuando la protagonista abofetea a su hija lo hace a tiempo y provoca la interrelación con su padre del que distaba hacía mucho tiempo aunque los espectadores ignoren las causas y nadie se las explique.
Excelente escenografía de casa de campo con proyección de árboles al foro que se van iluminando conforme avanza el día. Buena música. Acordes sólidos y efectos especiales. Brillantísima luz. Voces un tanto apagadas.
Pareja central de grandísimos actores que salvan un almibarado argumento, envían un mensaje de fe en la criatura humana y sonríen las contrariedades. Sosiego y quietud de almas, pulsando idénticas cuerdas para que el chapoteo del agua resuene en sonidos acordes. La visita de su hija, acompañada por su novio e hijo, interpretados por Luz Valdenebro, Camilo Rodríguez y Adrián Lamana, turba la relación idílica de sus progenitores que viven para ellos sin vivir en sí pero, que con la poetisa, mueren porque no mueren...
Se quiebra así el lirismo eufónico aunque, sin embargo, la belleza declamadora teatral irrumpa con boyas de pensamientos sencillos que fluctúan para salvarnos cuando el temporal arrecia y las olas de seis metros amenazan engullirnos.
La felicidades posible si conocemos nuestras limitaciones.

LA FELICIDAD ES POSIBLE

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