ESPANTAPÁJAROS BLANQUIAZULES

¿Pero estos Riazor Blues, siareiros antagonistas, de qué van? Semejan simples perrofaúticos que se han revuelto contra su amor filial mordiendo feroces y sin explicación. P?edir el cese del presidente y su consejo de administración, la destitución del entrenador, insultos al equipo, silbidos y peinetas a los aficionados colmó todas las perrenchas de estos burgueses hijos de papá con sus banderas, pancartas y bufandas a mayor gloria de sistemas trasnochados. Todo porque nadie les ha apoyado en su actitud belicosa. Cualquier deportivista siente hasta la médula el asesinato del hincha Francisco Javier Romero “Jimmy”, pero no justificará nunca la venganza porque el odio siempre engendra vilencia. Reaparecer en la grada habitual con insultos a los presentes, dar la espalda al campo y gaurdar silencio en un estadio donde se escuchan más las voces de aliento al equipo contrario... ¡en la situación crítica que atraviesa el equipo! Gritos de “Tino, ¡vete ya!” y ante los pitidos de los aficionados replicar con insultos, peinetas y abandonar el graderío.
Demasiado cómico si no fuese dramático. Ellos tienen riqueza de sangre para dar credenciales balnquiazules aunque los socios –¡y solo los socios!– hayan elegido a sus directivos. Pero los Blues –muy consentidos otras ocasiones– han topado con la horma de su zapato y así actúan cual si fueran borrachos en el fondo de una taberna y allí renuevan su sed con la bebiba. ¡Odio eterno al Real Club Deportivo de La Coruña! ¡Riazor debe ser destruido! pues la venganza, conforme advertía Juvenal, es placer del espíritu pequeño, débil y limitado.
A lo peor soy injusto con este grupo de animadores que chillaba ¡puta España! y negaba a la ciudad hermana de Vigo.
Pudiera ser incluso que reviviesen los héroes de la iglesia de Baler den Filipinas, que no depusieran las armas, aunque la rendición se había firmado y una hermosa tagala repetía: “yo te diré, porque mi canción te llama sin cesar”.

ESPANTAPÁJAROS BLANQUIAZULES

Te puede interesar