EL ECLIPSE

El primero en predecir un eclipse –paso de un astro por la sobra de otro; buena visibilidad estos días desde Galicia– fue un tal Tales de Mileto. Legislador, matemático y astrónomo, al que nuestro muchachitos de hoy calificarían de “casta”. Sin títulos académicos, cristaliza en el friki que cimentó la filosofía jónica cosas que nacen “de la naturaleza”. Así ya la tenemos armada con ese amor al saber que, a lo largo de los siglo, indaga el hombre y su circunstancia... Añadamos que fue el primero de los siete sabios y justifica “la humedad” como fundamento de todo líquido: semen, mar y aire. Con ello reduce la materia al alma.
Pues hay muchos asustados ante el eclipse de obstáculos que deparan las elecciones programadas: bipartidismo PP-PSOE y sindicatos horizontales que asisten perplejos al cambio de seguidores al comprobar –el corazón tiene razones que la razón no comprende– que sus mandatarios han tirado por el retrete la ideología. No bastan recortes, rescates e ingeniería política. El ciudadano es emoción y raciocinio. Dudan de quienes los engañan. O del paripé de una teórica división de poderes cuando todo aparece muy amarradito entre Ejecutivo y oposición.
Por eso han alimentado a la víbora antisistema, que amenaza devorarles. Esos coletudos comisarios políticos de Podemos. Mienten sin rubor. Sojuzgarán la libertad y nos transformarán en un paraíso comunista. Encima, para mayor inri, aluden a los jóvenes como su ellos lo fueran –no volverán a cumplir los cincuenta tacos– y no disfrutasen de la casta de la Complutense... Menos mal que al exterior se brinda la regeneración ética de Ciudadanos, que, pese a su fragilidad e improvisación, podría abrir ventanas y airear la atmósfera nauseabunda que hoy padece España. ¡Bienvenido el eclipse político que se nos anuncia si ello sirviera para variar el rumbo y conducta de nuestros representantes!

EL ECLIPSE

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