DRAMÁTICO STIP-TEASE

La compañía Teatro Español estrenó en el Rosalía –dos representaciones ciclo principal con llenos absolutos– “La anarquista”, última obra firmada por el norteamericano David Mamet. Versión y dirección escénicas de José Pascual. Una mesa, dos sillas, luz, brevísimos pasajes musicales y mucha sensibilidad. Ann, inspectora de prisiones y esclava de los reglamentos, perdida en enigmas domésticos, abandonada por su marido y también por el hijo común, sin clavos familiares a que agarrarse salvo el cumplimiento del deber. Y de otro lado, la reclusa Cathy que siendo perdedora disfruta “libertad” y se conduce con dignidad para redimirse. Una entrevista para fundamentar la esperanzada libertad o el confinamiento inquisitorial que cierra cualquier beneficio penitenciario.
Sórdida dialéctica sobre la reinserción, la culpa, el arrepentimiento, el castigo. Se va más allá de la justificación del código punitivo para abordar un problema moral. Dos locomotoras que chocan. Con sus receptivas propuestas. Ocultaciones, engaños, sofismas. Hay mucho mitin ideológico y sobre la función finalista encomendada a la autoridad. Teatro puro. Dramático strip-tease –introspección, psico diagnóstico, psicoanálisis y apuntes teológicos sobre la conciencia del pecado–. Sin embargo, las almas caminan hacia la ira, el fracaso, la sorpresa y las intimidades propias. Son las esquinas de la cama donde nuestra madre mecía el sueño y alejaba pesadillas y miedos. Sin máscaras ni disfraces. Prescindiendo de condicionamiento futuros.
José Pascual da en función real, aceptable, plena de guiños. La actriz Magüi Mira destila idiosincrasia conmovedora por su defensa de la libertad y dignidad femeninas. Incluso acepta el camino del perdón y la penitencia… Ana Wagener encarna la dureza de la ley. Aséptica. Se limita a cumplir la hoja de ruta del servicio sin alegría…

DRAMÁTICO STIP-TEASE

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