¿DONDE ESTÁN LAS LLAVES?

La canción infantil repetía terca que en el fondo del mar.¡Y no le digo nada si reparo en el agua que abraza a La Coruña! Siempre que los lobos—excepto cuando son de la misma camada- acceden a instituciones que han sido regidas por otros el dinero se ha volatilizado, los cajones aparecen vacíos y los proveedores compuestos y sin novia. Son muchas coincidencias satánicas aunque abunde legión laica que reniega de Dios y la Santísima Madre que lo parió.
Pero lo cierto es que todos se quejan de rateros que los han dejado desnudos, culo al aire y sin posibilidades de inversión... Aunque por otro lado haya “pasta” pare elevarse sueldos o contratar asesores a quienes se abonan trabajos prestados. Nos movemos en terreno peligroso con justicia lentísima que amenaza si traspasamos la línea roja... Sin embargo no conviene olvidar que la honradez de bastantes hombres depende de la fuerza de las cerraduras y el refranero justifique que quien roba a un ladrón ha cien dios de perdón. Porque aquí-las hemerotecas y juzgados me remito-los condenados por delitos económicos jamás devuelven un euro. La ocasión es tentadora y el espíritu frágil, conforme aseguraba
la filosofía popular rusa al asegurar que el hombre que en un año vive y ahorra un millón de rublos debería haber sido ahorcado doce meses antes... sinceridad a borbotones.
Llaves de caudales que están en el fondo del mar porque no hay claveros capaces de impedirlo.
Tal al mitológico gigante Caco que robó a Hércules los bueyes de Gerión arrastrándolos por la cola para borrar sus huellas o, más recientemente, en ocasión del viaje de Kennedy a Roma, cuando los rateros italos se confabularon-lográndolo despojar de sus pistolones a los
guardaespaldas del presi...(Más menos robar a un soldado de caballería su montura y dejarlo con las piernas abiertas).

¿DONDE ESTÁN LAS LLAVES?

Te puede interesar