CASPOSAS ELECCIONES

Todavía sigo perplejo y lo que te rondaré morena… Estoy estupefacto ante las declaraciones adoptadas por nuestros partidos políticos tras las últimas elecciones locales y autonómicas. Tanto los de la senil casta como los nuevos casposos, sedientos por copar poder aun cuando les afecte también su particular corrupción antes de tomar posesión. Únicamente quieren mandar e imponer ideas trasnochadas… Convendría recordarles –versión Heráclito– que todas las cosas fluyen. Que nada permanece quieto. Y si comparamos las cosas existentes con la corriente de un río, “nadie puede sumergirse en él dos veces”. Lo rememoro en las advertencias formuladas por el PSOE: “Jamás pactaremos con Podemos en ningún lugar” y, ahora, su conducta en Navarra para que gobierne Bildu o las promesas de Mar Barcón en La Coruña, asegurando que apoyaría la lista más votada…
Sabiduría mefistofélica y progresista. La mayoría española que ha depositado su voluntad en otro partido resulta apestada por el efecto “boomerang” que le ha cogido con el pie cambiado. Así los perdedores de mayorías absolutas viven su muerte y mueren su vida. Y que sus partidarios y afines espabilen para las generales, pese a la recuperación económica y perspectiva del mercado de trabajo, pues pueden quedar con el culo al aire…
Acaso el secreto radique en Zenón de Elea y sus argumentos de reducir al absurdo la multiplicidad del ser y de movimiento. Aquellos ejemplos ilustradores relacionados con la carrera entre Aquiles y la tortuga, donde pierde el de los pies ligeros, o la flecha disparada que siempre está en reposo. Algo similar sufrimos al contradecir la voluntad general manifestada en los últimos comicios al no existir reconocimiento por la lista más votada o convocar segunda vuelta entre las mejores. Paradoja con una irracional competición deportiva donde los pactos de los perdedores apean del cajón al vencedor…

CASPOSAS ELECCIONES

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