AMOR SIN RECOVECOS

Giro sobre dos polos. Al norte, la Orden de San Juan, premio Princesa de Asturias de la Concordia. ¡Ahí es nada, cinco siglos de ejemplar labor asistencial con situaciones tan peligrosas como los casos ébola y subsiguientes fallecimientos del pasado año! Al sur, la película española “Un día perfecto”, dirección y guión de Fernando León de Aranga, que exhibe estos días nuestra cartelera. Un brillantísimo y aleccionador film que destaca la extraordinaria labor que desarrolla una ONG durante un conflicto bélico en los Balcanes. Alarido clamoroso de atención por el mundo cruel y egoísta que vivimos, donde la criatura humana sufre mil vicisitudes y la libertad se rasga como papel de fumar cotidiano.
El conocido noviazgo de Venus- vitalidad primaveral- con Marte- dios de la guerra y el odio- cierra el círculo de sentimientos contradictorios donde asienta el corazón humano al que Pascual reconoce “razones” en su obrar que la razón no comprende. A
 fin de cuentas el afecto debe medirse por la alegría que debe producirnos hacer felices a los demás, sin olvidar que la caridad comienza donde acaba la justicia social y que el amor más grande es dar la vida por los amigos. Así los polos aludidos y que nos conmocionan se apoyan en la capacidad de cinco siglos ininterrumpidos de entrega al prójimo y con presencia actual en cincuenta países… Sin olvidar, tampoco, la devoción, sacrificio y afanes- sonrisa irónica para enfrentarse al mal fario e injusticias bélicas- de cooperantes solidarios por suavizar tormentos ajenos. Comporta el amor a todas las cosas que pedía Dostoiewski para comprenderlas.No cabe duda que también se esconde mucha frivolidad tras el voablo. Vale el anónimo que susurra que es una enfermedad que casi siempre lleva a la cama, aun cuando mejor nos inclinamos por el ruego de Tácito, historiador latino: “Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor”

AMOR SIN RECOVECOS

Te puede interesar