La urbanización de la Marina

Sin lugar a dudas urbanizar la superficie de la Marina va para largo y su costo se dispara. Tanto la Autoridad Portuaria como el Ayuntamiento financian en distinta proporción el túnel y la remodelación de la superficie, desde la propia sede portuaria hasta Puerta Real, con un importe de 17,3 millones y que supera en 2,6 millones, la adjudicación realizada en 10,8 millones para el túnel y de otros 3,8 millones, que se dedicarían a la reforma de la polémica superficie. La diferencia está por concretar y se aplica en el presente ejercicio como “un resto, de actuaciones”. El vial subterráneo está finalizado y falta concretar las diligencias entre el Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria, pero todo parece indicar que se trata de un diálogo de sordos.
Conviene recordar al Gobierno municipal de la Marea que tanto la Autoridad Portuaria como el propio Ayuntamiento, bajo tutela del PP, firmaron un convenio para financiar la obra de la Marina, mediante el cual el consistorio aportaría 10,5 millones a través de un crédito solicitado por el Concejo. Lo que no está claro es por qué el Puerto reclamó en agosto una deuda de 10 millones, que, al parecer, le debía el gobierno municipal a la empresa que efectuaba las obras y de cuya cantidad sólo había pagado dos millones ¿Dónde fue a parar el crédito? Si lo hubo.
Esta obra se parece a un lío; su coste inicial suponía 16,5 millones, pero se adjudicó en 10,8 a la empresa Copasa, que fue la ganadora del concurso, al que se habían presentado 16 ofertas, iniciándose la obra en mayo de 2014, entrando en funcionamiento el túnel de María Pita el pasado mes de noviembre, quedando pendiente el del Parrote, que se finalizó un mes más tarde, pero que todavía no funciona. Mientras la superficie sigue sin ser reurbanizada y tal como está no convence a nadie y las vallas de separación del carril de circulación siguen en su sitio, sin saber hasta cuando, con unos pasos de peatones carentes de señalización y muy peligrosos para la noche ante la falta de iluminación.
Por tanto, el Ayuntamiento sigue mareando a la Autoridad Portuaria con la licencia de obra y otras diversas puntualizaciones sobre el final de dichos trabajos, es de suponer que algún día se pongan de acuerdo en dar servicio a la ciudadanía, retirar las vallas y humanizar aquel desangelado espacio. Luego de priorizar esto, pueden seguir la pugna dialéctica de quién tiene razón entre ambos o dirimir un litigio en los tribunales, pero lo primero es dar servicio al ciudadano.

La urbanización de la Marina

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