EL RECIBO DE LA LUZ

Para entender el galimatías en que se ha convertido el recibo de la luz es preciso hacer casi un máster y luego intentar poner en orden ese rompecabezas en el que nadie sabe cómo ha llegado a convertirse el recibo.
No es fácil, créanlo; incluso los eruditos en el tema desconocen como hay cosas que se pagan en el recibo sino tienen nada que ver con la factura de la luz. El recibo que de forma mensual o bimensual abona no concuerda con su consumo, porque usted no solo paga lo que ha consumido de energía, sino que van anexos una serie de conceptos que no deberían estar ahí, pero lo están. Esto es lo difícil de entender, si ponemos un ejemplo, la eléctrica de turno decide hacer una inversión e instala una central solar en cualquier punto esta la revertirá en su recibo; así de claro y no podrá hacer nada, sino le cortan la luz y no pasa nada; que el Estado impone un impuesto a las eléctricas sobre su producción, también se lo cargará en el recibo, es decir, todo lo paga el consumidor, no la eléctrica y así un sinfín de cosas que más que un recibo de la luz se parece a un cajón de sastre, a donde van a parar todos los gastos, impuestos e inversiones o amortizaciones que las eléctricas tengan sobre sus espaldas.
El recibo, aparte de pagarse por consumo, se hace por la potencia instalada multiplicada por su consumo. De este modo se paga dos veces por lo mismo y en muchos casos siempre será mayor la cantidad de la potencia que el gasto real del consumo, en cuya tarifa se repercute casi todo lo que no se debería cargar. Luego, los impuestos y el abusivo 21% del IVA, que siendo un servicio de primera necesidad, debería estar cargado con un impuesto más reducido. Por tanto estamos con unas tarifas eléctricas muy altas y pagando cada vez más por consumir cada vez menos, pero sin lograr entender lo que se esconde detrás de dichos recibos.
El presidente de la CNMC dijo el 14 abril que no hay quien entienda el recibo y aboga por una mayor transparencia y que no se paguen cosas que no deberían estar incluidas, poniendo al consumidor en una complicada situación, debido a que este tiene que seguir pagando el costo del paro nuclear y otras inversiones que no vienen a cuento, pero si a cuenta.
De manera que el 47% del recibo de la luz son costes regulados imputados por el Estado, pagando de este modo primas a renovables, moratoria nuclear, deuda del sistema etc. El 32% es el coste de la energía y el restante 21% impuestos de la electricidad y del IVA. ¿Entiende ahora el recibo de la luz?

EL RECIBO DE LA LUZ

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