Los buses de cercanías

Desde que se dio la primera noticia de la llegada de los buses metropolitanos al centro de la ciudad, ha pasado mucho tiempo y también se escribieron sobre el tema verdaderos ríos de tinta. Pero de momento todo está paralizado y en vía muerta, sin que el enfermo dé señales de mejoría y cuando lo hace es que alguien intenta reanimar el asunto; unas veces que no hay reunión, al fallar siempre alguno a la cita, otras por diversos motivos de entendimiento sobre el diálogo, no hay manera de hacer nada en beneficio de aquellas personas que quieren venir a la ciudad con una mayor comodidad y no preocuparse en traer su vehículo.
Desde las elecciones autonómicas se habló por activa y por pasiva de que en el mes de diciembre llegarían los buses de cercanías a la parada de Entre-jardines, lugar de llegada y salida a sus destinos y procedencias. Pero diciembre pasó y nada nuevo trajo el año; también se aseguró que en marzo sería el definitivo, pero tampoco aconteció nada y el asunto sigue prolongándose en el tiempo sin visos de solución a corto plazo.
Por tanto, el tema de los buses sigue levantando ampollas y parece más un sueño que una realidad. El problema se va eternizando al no poner interés en que salga adelante. Salvo que el 19 de abril, las partes interesadas llegaron a un principio de acuerdo y, al parecer, los buses llegarán a la ciudad antes del verano. Veremos si todo seguirá igual. Lo que se observa desde fuera es una alarmante falta de voluntad negociadora para mejorar la vida de los ciudadanos y reactivar de alguna manera la vida económica de la ciudad. Va siendo hora de que entre todos los actores se pongan de acuerdo para llevar a buen término una feliz idea y no olvidarse de lo que importa.
Lo cierto es que en el propio abril, el alcalde coruñés y otros del área metropolitana no se llegaron a reunirse con los responsables de la Xunta para solucionar la llegada del bus al centro de la urbe coruñesa y esto lo altera y por consiguiente también la de aquellos vecinos que daban por hecho que su línea de bus les llevaría al centro coruñés. Esto se está ya convirtiendo en una utopía de difícil solución si no está en el ánimo político el llegar a algún acuerdo.
¿No habrá alguna solución que satisfaga a unos y otros? Lo ideal sería alcanzar un pacto que llegue a ser justo por el bien de los moradores del área metropolitana, que ven en este servicio más ventajas que inconvenientes. Incluso se podría reducir el número de vehículos de un modo sencillo, animados por el buen servicio de cercanías que hiciese inviable el que se usara el propio coche para acceder a la ciudad. Hay que esperar a que el sentido común tome forma y los vecinos del entorno puedan por fin acercarse con comodidad a la ciudad sin necesidad de traer su propio vehículo. Las líneas de transporte verán caducadas sus concesiones en el 2019 y cabe la posibilidad que la Compañía de Tranvías pierda también la suya.
El tiempo hará ver si esto fructifica o se queda en proyecto fallido.

 

 

Los buses de cercanías

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