El recibo de la luz

Todos los abonados de las eléctricas están electrocutados con la subida del recibo de la luz desde el pasado mes de enero del año en curso, en el que ha emprendido una subida vertiginosa en plena cuesta de enero, cuando los bolsillos de los españoles andan muy escasos de liquidez, motivados por los clásicos tiempos de fiestas y rebajas que se lo lleva todo o casi.
En ese momento las eléctricas aumentan los precios de la corriente a su libre antojo, aduciendo un invierno muy frío, de poco viento y escasez de lluvia, como si en la historia de la electricidad, este fuese el único año en el que esos elementos escasean.
Una explicación incongruente para llevar más suplicio al sufrido consumidor en un mercado denominado libre a su medida, pero sin competencia posible ante un cluster muy bien organizado y, sobre todo, con premio en las puertas giratorias. Es como aquel que decía “déjame hacer y ya te premiaré en el tiempo”.
La posibilidad de que el precio al alza no pare se halla en que en el primer mes del año se encareció el recibo de la luz, un promedio del 29% y nadie ha tomado medida alguna para abrir una investigación y comprobar la fehaciente realidad de un alza que tiene visos de no ser real, sino convenida. En un mercado eléctrico que se mueve por impulsos, teniendo en cuenta el costo de cada producción y reflejado luego en una subida del mejor postor para alterar el precio final del mercado.
La realidad es tozuda y la hemeroteca está ahí para hacer valer unos resultados que no encajan en el hecho de que suba la luz sin reparo alguno y que nadie intervenga para averiguar qué acontece en un sector energético que es crucial y estratégico para España. Lo cierto es que el recibo del primer mes del año tuvo un alza de promedio de unos 18 euros más que el del mismo período del año anterior.
Conviene tener presente que en dicho recibo figuran insertas muchas gabelas que no deberían estar, pero que corren bajo la financiación del abonado respectivo, cuando el consumo solo representa el 32% del recibo. El resto son impuestos y concesiones del Estado a las eléctricas, es decir, unos aportan la tarta y el resto la paga.
En definitiva, sin saber los motivos, la electricidad en el mercado mayorista se ha disparado y su precio se duplica con respecto a un año antes. Si esto sigue en la misma onda y nadie toma medidas, el recibo de la luz puede marcar un hito histórico y entrar en una espiral de burbuja energética con graves problemas para el ciudadano.
Se trata de una peligrosa curva alcista en el precio de la electricidad y a este paso tendremos el recibo más caro de Europa. Es hora de que a quien competa, tome medidas y actúe para corregir el comportamiento del mercado de la electricidad.

El recibo de la luz

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