¡VIVA ESPAÑA!

Los piratas de Green Peace, pese a su nombre, lo que pretendían era hundir la plataforma petrolífera de alquiler de Repsol, con su lancha neumática.
Pero los valientes marinos españoles, en legítima defensa de nuestro territorio (como bien hicieran antes los guardias civiles en Ceuta, Melilla, o donde carallo fuera, con los moros), repelieron el ataque, pasándoles, literalmente, por encima. ¡Ayer fue la isla de Perejil, hoy una empresa privada, y mañana, si hace falta, hundimos Cataluña! ¡Con dos cojones, sí señor, vivaspaña! que podrían decir algunos, inflamados de justiciero patriotismo.
Pero la cosa no fue tan aparente. La cosa no fue un acto de guerra, ni incidente de tráfico marítimo, ni un accidente; fue un acoso planificado que pudo resultar todavía más trágico si llegan a matar a la activista de Green Peace. Todo lo que se diga fuera de las imágenes vistas es superfluo. Está más claro que Dios.

¡VIVA ESPAÑA!

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