A PLAZO FIJO

Luego dirán que el papa Francisco no se interesa por las cosas de la Iglesia.
Primero puso orden en el asunto de los curas pederastas (que no era moco de pavo), y ahora quiere ponerlo en la Semana Santa, que unos años va para acá y otros para allá.
Y es que no es de orden piadoso tener a un condenado a muerte para un día o para otro, como hacen los yanquis en el corredor de la muerte.
Lo lógico es que en el asunto se ponga de acuerdo con los gobiernos judío e italiano (a falta de Anás y Poncio Pilato) para fijar la fecha de la ejecución de Cristo en abril, de una vez, ante el riesgo de que terminen celebrando la Semana Santa en el mes de agosto, dentro de, por ejemplo, cincuenta años, con el calor que hace.
La noticia cuajó muy bien en el gremio de hostelería; tanto, que están dispuestos a pagar la factura de la última Cena que Judas, el cabrito, dejó sin pagar. Aunque en Sevilla están preocupados por si les joden la Feria de Abril.