El Paraíso

No sé si la afirmación del señor Rajoy de que “el Partido Popular va a consolidar la recuperación económica e impedir que los adanes de la política que florecen por doquier vuelvan a situar a España en la situación de hace cuatro años”, se refiere a esos adanes como hombres desaliñados y sucios o haraposos, apáticos o descuidados, conlleve una insinuación homófaba, o bien se trate de una mera referencia bíblica.
Si fuera esta última, prefiero un Adán a una Eva culebrera que, al hacerle comer su manzana engusanada del Árbol de la Ciencia, del bien y del mal, expulsó a los Adanes y Evas siguientes del Paraíso, con el resultado para ellos de ganarse el pan con el sudor de su frente, para a ellas de parir los hijos con dolor, y para el resto de salir del estado del paradisíaco bienestar.
En cualquier caso, dentro de la duda interpretativa, suena a impropio de un gobernante.
A no ser que, un suponer, se crea ser Dios y viva en el Paraíso.

El Paraíso

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