El “Trumpetazo”

Lo que parecía imposible se hizo realidad. Frente a todos los pronósticos, Trump será el presidente de EEUU. El político antisistema, el empresario y “showman” que se hizo famoso en la televisión ha derrotado a todos. A Hillary Clinton, pero también a Obama. Derrota a su partido tras enfrentarse a las vacas sagradas republicanas hasta el punto de que los Bush anunciaron que no le votarían. Ha derrotado a los sociólogos y demás expertos en demoscopia. Ha derrotado a todo cuantos se le han puesto por delante. Y lo ha hecho presentándose como un candidato que dice no ser político y con un discurso populista. 
Al vencer a Clinton ha derrotado cuanto significaba Obama. El primer presidente negro de EEUU será sustituido por un personaje que se proclama racista y xenófobo. Todo a su alrededor desafía la lógica. Tiempo habrá para saber por qué el país que en las dos últimas elecciones dio la victoria a Obama y con él a un discurso político social, cosmopolita, civilizado, y multilateralista en esta ocasión ha optado por el reverso de esos valores. Trump quiere liquidar ese modelo. Habla de liquidar el “Obamacare”, el seguro médico asequible; quiere bajar los impuestos a los más ricos y congelar el salario mínimo y, pese a ello, millones de trabajadores pobres le han confiado su voto. Ha sabido conectar con los miedos de las clases sociales más pobres e iletradas. Su discurso populista no resiste el contraste con la realidad. Reconoce su ignorancia, pero les ha dicho a sus votantes que recuperará la grandeza de EEUU. ¿Cómo? No lo ha dicho. 

El “Trumpetazo”

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