Sin tirar la toalla

Más allá de la añoranza presidencial que envenena el sueño de Pedro Sánchez, todos están preparándose para repetir comicios en diciembre. Todos dicen aborrecer esa vuelta a las urnas por tercera vez en un año, pero todos están ya en ello. Quien menos lo disimula es Rajoy. Aunque participa en la campaña vasca y gallega en teoría apoyando a los candidatos Alonso y Feijóo, todos sus mítines giran alrededor del bloqueo para endosárselo en exclusiva a Pedro Sánchez.
Nada de autocrítica respecto de los cien y un casos de corrupción de dirigentes del PP. El antidemócrata y el antipatriota es Sánchez. El aludido, por cierto, se dedica a lo mismo. Ha repetido ya mil veces el argumentario anti Rajoy estrenado en el Parlamento en ocasión de las sesiones de investidura. Sánchez ha decidido taparse los oídos de tal suerte que hace como que no le llegan las advertencias de los barones.
Las encuestas que apuntan dos nuevas y sonoras derrotas del PSOE en Galicia y en el País Vasco, se han convertido en la comidilla de las últimas horas. Quienes no conocen cómo funciona por dentro el partido concluyen que Sánchez está sentenciado y que la sentencia se cumplirá en los días posteriores al 25-S. Tengo para mí que se equivocan. Sánchez no tiene intención de dimitir. Cuenta con ganar tiempo y consultar a las bases. Ganar tiempo, para tejer un acuerdo de mínimos con todos los grupos que tumbaron la investidura de Rajoy. Lo que la aritmética permite, la sensatez política desaconseja, pero ya se sabe que cuando los dioses quieren perder a los hombres, les vuelven ciegos.

Sin tirar la toalla

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