Realpolitik

Albert Rivera, líder de Ciudadanos, está siendo criticado por haber dicho que en su visita a Arabia Saudí Felipe VI debería aprovechar para defender los derechos humanos. Como se sabe, los viajes oficiales del monarca los decide el Gobierno. En este acompañan a los reyes el ministro de Asuntos Exteriores y el de Fomento. Rivera fundamenta su declaración en un hecho irrefutable: el régimen saudí es una dictadura que no respeta los derechos humanos.
Quienes critican a Rivera aducen que mantener esa posición nos cerraría las puertas de países (desde China a Cuba pasando por Irán o Egipto) con los que muchas empresas o tienen negocios abiertos o mantienen lazos comerciales. En el caso de Arabia se menciona el contrato para del AVE que unirá La Meca con Medina y el de Navantia para construir cinco corbetas. Es verdad. Como también lo es que Egipto compra armamento fabricado en España o que el año pasado, una vez levantadas las sanciones que pesaban sobre Irán, setenta empresarios españoles acompañados de tres ministros viajaron a Teherán para explorar oportunidades de negocios.
“Business are business”. Es la “realpolitik”. Hablar de Arabia Saudí también es hablar de petróleo y la sola mención de la palabra retira cualquier consideración ética de los discursos de los políticos. Que Rivera haya dicho lo que ha dicho habla bien del joven tribuno. Quienes le critican sugieren que Rivera habla con soltura porque no tiene responsabilidades de gobierno. Es posible, pero conviene recordar que quienes proclamen que por encima de los intereses económicos está la dignidad de las personas, siempre tendrán razón. Aunque les llamen ingenuos.

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