O Rajoy o elecciones

Transcurridas tres semanas desde las elecciones de junio y más de doscientos días desde las de diciembre, las circunstancias que rodean las expectativas para la investidura y la posterior formación de Gobierno, son confusas. Circulan informaciones en torno a un supuesto acuerdo “secreto” entre el PSOE y Ciudadanos para apoyar la investidura de Mariano Rajoy como primer paso de un plan “B” cuyo objetivo sería tumbar al futuro Presidente así que mediara la nueva legislatura. ¿En qué se sustenta esta conjetura? Pues en que estos dos partidos ya llegaron a un acuerdo en el fallido intento de la investidura de Pedro Sánchez. Ver a Sánchez de playa o de fiesta como si ya supiera qué hará su partido en la investidura de Rajoy, parecería abonar la idea. Barrunto que la cosa no está tan clara aunque reconozco que ver a Rivera alejado de los focos que tanto cultiva da qué pensar que también él sabe qué hará Ciudadanos caso de que Mariano Rajoy acepte el reto de la investidura. Qué, por cierto, no está claro.
Tiene dicho que esta vez sí aceptaría el encargo del Rey, pero también que lo asumirá si suma apoyos suficientes para conseguir la investidura. Y aquí volvemos a la almendra de la cuestión porque para ser investido necesita, como mínimo, el apoyo de Ciudadanos -la abstención del PSOE completaría el sueño de los populares-. En el PP confían en que Ciudadanos vote “sí” en la segunda votación. Estamos a horas de despejar algunas dudas. El trámite de constitución de la Mesa del Congreso ofrecerá una pista certera acerca de si hay o no acuerdo entre PSOE y Ciudadanos o si, por el contrario, el partido naranja opta por apoyar a Mariano Rajoy a cambio de obtener sillón. La pista se transformaría en certeza si, como se la ha venido especulando Ciudadanos consigue la Presidencia del Congreso. De ser así el “sudoku” estaría resuelto pues con la colaboración de Coalición Canaria, Rajoy podría presentar los votos afirmativos de 170 diputados como aval para salir investido presidente en segunda vuelta. Sería poner en marcha un Gobierno en minoría que con flexibilidad y disposición a negociar con la oposición, podría funcionar. De entrada permitiría acabar con la larga interinidad en la que estamos y evitar la indeseable “tercera vuelta” porque el dilema es: o Rajoy o elecciones. Todo lo demás es humo.

O Rajoy o elecciones

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