¡QUE VERGÜENZA!

Si no lo leo, no lo creo. Dicen los periódicos que ya hay un 5,2% de universitarios gallegos que pide ayuda a Cáritas y la ONG se queja de que mientras las demandas de ayuda se disparan, la Xunta, las diputaciones y los ayuntamientos recortan sus subvenciones. Concretamente, Caritas Diocesana de Santiago presentó su memoria anual y en ella advierte que la pobreza es cada vez más joven y, lo que es peor, crónica.
Desde 2008 las paupérrimas circunstancias de muchos gallegos no han hecho más que empeorar y ello, con todos los brindis al sol y los “viva Cartagena” que un Feijóo nos siga lanzando, como si Galicia fuera El Dorado y en nuestros ubérrimos valles estuviese situado el Paraíso Terrenal.
Porque lo cierto y verdad, amables lectores, es que 472.580 ciudadanos gallegos –o sea, el 17,2% de la población– se encuentra bajo el umbral de la pobreza, en tanto que otros 126.580 –o sea, el 4,6% de los gallegos- está en riesgo de pobreza severa. Mientras, el señor Feijóo se va a Cubita la bella, “a velar por los intereses gallegos”. ¡Manda llover en La Habana! Dice Cáritas  que las personas que están en el corte de edad entre 30 y 39 años, con hijos y en paro, son los que más piden ayuda. Justo, las edades en que más se podría rendir laboralmente hablando.
Y Montoro, echando la lengua a pastar. Y Rajoy, feliz, lejos del mundanal ruido, pero cerca de los tintes de pelo. ¿Y qué se demanda a Cáritas y de Cáritas? Sobre todo, ayudas para alimentación, vivienda, salud, empleo y formación. Añade Cáritas que entre las personas que solicitan ayudas en la organización se registra un incremento considerable en el número de universitarios y titulados en grado superior, aumentando hasta el 5,2% de esta población. ¿Y qué hace la Xunta? Pues ya ha disminuido un 8% las subvenciones y los ayuntamientos y diputaciones han “bajado” las ayudas en un 27%. Mientras, las colectas en parroquias han crecido un 45%. Lo que demuestra que mientras nuestros políticos hacen turismo, la gente gallega de a pie se rasca el bolsillo para ayudar a sus semejantes.
Creo que si Cristo bajase a la tierra estaría tentado de coger una ametralladora. ¿Saben para qué?.

¡QUE VERGÜENZA!

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