Trapisondadas “a go-gó”

Vivir para ver. Ahora resulta que el presidente de la Xunta viajó a Hamburgo para “acercar” Galicia a Alemania. Pero, hombre de Dios, ¿no cree usted que ya estamos bastante cerca con la de decenas de miles de brazos gallegos que sudantinta en el país teutón? Para ese viaje no hacían falta alforjas. Como tampoco hacían falta para los “periplos turísticos que Feijóo se largó a Cubita la bella y al Extremo Oriente. Por cierto: Los gallegos estamos esperando a que Feijóo rinda cuentas de tales viajes y nos explique en qué se ha gastado nuestro dinero: Ítem más: A todo Santiago se le hacen los dedos huéspedes con la siguiente pregunta: ¿Mantiene el PP provincial una doble vara de medir? Porque si como dice Negreira en estos momentos, en que la jueza lleva dos años actuando y aún no hay hechos probados y aún no ha concluido el sumario, creo –sigue diciendo Negreira– que no debemos tomar decisiones irreversibles para las personas y sus familias,  ¿Por qué no aplicó a Santiago el mismo criterio que el expresado para “salvar” a su mano derecha?, claro, la mano derecha de Negreira es Julio Flores. Por todo lo actuado, Santiago se refiere con crudeza a lo de la diferente vara de medir. La Pokémon va a traer cola y el niño mimado de Feijóo –ya saben quién es– puede pasar a mejor vida.  
Y ya en otro orden de cosas, decir que arrecian las protestas por el cierre del 20% de las camas hospitalarias y en este sentido, los sindicatos denuncian el aumento de las listas de espera con los recortes de verano. Además, acusan al PP de promover el deterioro de la Sanidad a favor del sector privado. En tanto, alertan del aumento de la hospitalización domiciliaria por los sucesivos recortes. Por si todo lo narrado fuera poco, héte aquí que unas 2.000 personas formaron una cadena humana alrededor del Parlamento de Galicia para denunciar que la institución ya no les representa y reclaman que vuelva a ser “una herramienta al servicio de la ciudadanía”. La consigna coreada era muy clara: “Pan, Traballo e Teito”. La gente gallega ya no aguanta más.

Trapisondadas “a go-gó”

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