¡JO... QUÉ TROPA!

Ya lo había dicho el Conde de Romanones, a raíz del cierre a blancas que le otorgaron sus conmilitones que no le dieron ni un voto a raíz de él solicitarlos para un cargo: “Joder, qué tropa”, no tuvo por menos que exclamar el aristócrata, ya que todos le habían prometido el sufragio. Ahora, con el Partido Popular, cabe lanzar idéntica exclamación. Juzguen ustedes mismos: el Juez Ruz dice que Lapuerta ayudó a Bárcenas a vaciar la caja B  del PP. Imputa al ex tesorero para ayudar a su sucesor a apropiarse de 300.000 euros de donaciones de empresarios que acabaron en las cuentas de Suiza. Y esto no solo lo afirma el juez, sino que también lo dice por activa y por pasiva la Fiscalía Anticorrupción. Así pues, el juez en cuestión imputa a Lapuerta por un presunto delito de apropiación indebida.
Como sigamos por este derrotero, la mitad de la clase política española va a acabar por estar imputada. En la ciudad de La Coruña tenemos abundantes pruebas de este aserto. Porque, ¡suma y sigue! El ex tesorero del PP en Castilla-La Mancha, Lamberto García Pineda, también está imputado por variar al alza un contrato municipal en Toledo. El mismo juez Ruz –al que los populares llaman ya “el azote del Partido”- imputa al ladino Lamberto en relación con el contrato otorgado por el consistorio toledano a la empresa SUFI para el servicio de limpieza y recogida de basuras. Y entre tanta basura, también surge la figura de la pizpireta Cospedal: Ruz trata ahora de averiguar si, tal y como declaró Bárcenas, se produjo una entrega por parte de SACYR Vallehermoso de 200.000 euros para la campaña electoral de María Dolores de Cospedal, para la autonómicas de 2007, a cambio de la adjudicación a SUFI ese año.
Ruz recibió un informe de la Intervención General del Estado (IGAE), que concluye que la contratación de SUFI, filiar de Sacyr, podría ser nula de pleno derecho porque cuando ya se estaba ejecutando el contrato se adoptó una modificación de precio al alza (¡de 6,7 millones a 7,2!) omitiendo el procedimiento legalmente establecido.
Me pregunto yo: ¿para qué coño están las leyes en este país? Y cuando un Ruz o un Castro intentan poner orden en esta selva, hasta algunos de sus compañeros de profesión les llaman al orden. Mientras, la Cospedal y todo su mariachi, de verano. Y los toledanos –o los coruñeses, que me da igual- a pagar. Y la honradez en este país, a la altura del betún. Y algunas políticas luciendo modelitos. Y algunos políticos, tiñéndose el pelo.
¿No querrá el Dios del Sinaí mandar un rayo que fulmine a algunos que yo me sé?

¡JO... QUÉ TROPA!

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